Las placas solares llevan siendo unos años unas de las principales protagonistas del mercado de generación eléctrica. Los diversos gobiernos de España han tratado de incentivar su uso, aunque no todos con la misma intensidad.
La actual coyuntura medioambiental y la necesidad de reducir la factura energética y mejorar la eficiencia ha llevado a que las placas solares continúen en el punto de mira del Gobierno. Pero, ¿realmente merecen la pena en todos los casos?
Las placas solares son dispositivos que transforman la luz del sol en energía eléctrica para ser utilizada de inmediato o almacenada para su uso posterior. Las placas solares se componen de células fotovoltaicas, que son los componentes que realmente convierten la luz en energía.
El funcionamiento de las placas solares es muy complejo. Las células fotovoltaicas están hechas de un material semiconductor, que es capaz de conducir la electricidad. Cuando la luz del sol golpea el semiconductor, se produce una reacción química que genera electricidad. Las células fotovoltaicas pueden ser de silicio cristalino o de silicio amorfo.
Las placas solares se conectan a un inversor, que es un dispositivo que convierte la energía eléctrica de corriente continua (CC) en corriente alterna (CA), que es la que se utiliza en los hogares y en las empresas. Una vez que el inversor convierte la energía CC en CA, esta energía puede ser utilizada de inmediato o almacenada en una batería para su uso posterior. Si se utiliza de inmediato, la energía eléctrica seguirá el mismo camino que sigue la electricidad que proviene de una compañía de generación eléctrica.
La electricidad puede utilizarse de inmediato o almacenarse en una batería. En este segundo caso, la energía estará disponible para su uso cuando no haya luz solar disponible, como por ejemplo, durante la noche o durante los días nublados.
Las placas solares ofrecen numerosas ventajas para los usuarios, especialmente aquellos que viven en lugares con un clima soleado. La mayoría de las personas que usan placas solares se benefician de un ahorro significativo en su factura de energía eléctrica, ya que la energía solar es gratuita una vez se ha instalado el sistema. Otra gran ventaja de las placas solares es que no producen ningún tipo de contaminación, al ser una energía renovable, por lo que son amigables para el medio ambiente.
Sin embargo, las placas solares también tienen algunos inconvenientes. En primer lugar, requieren una instalación costosa y complicada. También deben estar situadas en un lugar donde haya una buena cantidad de luz solar, lo que significa que no se pueden utilizar en todas partes, especialmente si se quiere aprovechar todo su potencial.
Existen diferentes factores a tener en cuenta a la hora de instalar placas solares. Algunos de los más importantes son los siguientes:
● Normativa y permisos: a la hora de instalar placas solares, tendrás que cumplir con toda la normativa actual y obtener ciertos permisos. En general, la Administración exige tener de una autorización ambiental o de utilidad pública, autorización administrativa y de construcción, certificado de fin de obra, inspección inicial e inspecciones periódicas, contrato de acceso para la instalación de autoconsumo, contrato de suministro de energía para servicios auxiliares, contrato de representación y contrato de compensación por excedentes.
● Tipos de placas solares: existen diferentes tipos de placas solares, como las células fotovoltaicas, las térmicas o las híbridas. Dependiendo de la opción elegida, tendrás que realizar una mayor o menor inversión en tu hogar, pero a largo plazo, el ahorro también será mayor.
● Costes, ahorro y amortización: la instalación de placas solares supone una inversión inicial bastante elevada que puede superar los 10.000 €. Su amortización dependerá de numerosos factores; si tu consumo eléctrico es bajo, tardarás más en amortizarlas. Pero si tu uso es intensivo o la luz está cara, tardarás mucho menos. En general, en un plazo de unos 10 años, habrás amortizado tu inversión.
● Modelos de autoconsumo. Existen dos formas de autoconsumo: sin excedentes o con excedentes. En el primero, no se vende la energía sobrante a la red eléctrica, mientras que en la segunda modalidad sí. Al cederla, el sistema permite obtener energía cuando las placas no estén generando electricidad compensando los periodos en los que se cede. Sin embargo, supone trámites más largos a la hora de realizar la instalación. Conviene la opción de sin excedentes si vives en lugares con muchas horas de sol al año o tienes la posibilidad de almacenarla en baterías.
Teniendo todos los elementos encima de la mesa, la siguiente pregunta lógica es: ¿merecen realmente la pena la instalación de placas solares? La respuesta es, en general, sí, especialmente en un país como España, donde hay tantos días de sol al año.
Es un gasto bastante importante, pero, como hemos visto, podrás amortizar tu inversión en un plazo de unos 10 años. Y si cuidas bien tus placas solares, incluso podrás aumentar su vida útil unos 15 años.
Además, hay que tener en cuenta el precio de la luz y del gas para saber cuál es el mejor momento para instalar placas solares. En épocas en las que el precio del gas o de la luz es cara, las placas solares cobran especial importancia, sobre todo para reducir tu factura energética y mejorar la eficiencia.
En definitiva, estudia tu caso para saber si realmente te interesa instalar placas solares. A pesar de la buena prensa que tienen, no siempre suponen una buena inversión.
