¿Sabes qué es el CIS? “Tres de cada cuatro españoles piensa que la situación económica del país es…”. “Más de la tercera parte de los jóvenes ven con optimismo…”. “Los partidos regionalistas ganarán las próximas municipales, según el último…”. Seguro que te suenan esos titulares de la radio, de la tele o de Internet.Muchos de ellos son posibles gracias al desempeño del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Pero ¿qué es el CIS además de la madre de muchas de las polémicas que saltan a los medios de comunicación cuando hablamos de encuestas, en particular, electorales?
Todos hemos oído o leído, a veces demasiado, lo que dice el último barómetro del CIS, o quién lo dirige o de si favorece a un partido político o a otro. Cada poco tiempo, el líder de la formación política X sale criticando el último estudio realizado por el CIS, o el periodista Fulanito de Tal comenta cómo queda la última foto electoral que facilita esta institución.Incluso, muchos de nosotros habremos respondido alguna vez a un encuestador del Centro de Investigaciones Sociológicas, quizá sin saberlo. Pero, en realidad, ¿qué es y a qué se dedica realmente el CIS?En parte, se dedica a eso, a confeccionar, realizar y analizar encuestas de intención de voto. Pero, no solo eso. El CIS también guarda una base de estudios enorme, muy documentada y sobre múltiples facetas económicas, sociales y políticas. Además, de ese banco de datos, analiza múltiples aspectos de la sociedad española y colabora con entidades académicas para impulsar la formación y la investigación. Igualmente, participa y publica libros y revistas especializadas.En resumen, además de servir para que los partidos políticos y periódicos lo critiquen cuando saca sus barómetros electorales, el CIS supone una fuente indispensable para conocer múltiples aspectos de nuestra sociedad y cómo ha evolucionado.
Empecemos por el principio. El CIS depende del Ministerio de la Presidencia, pero es un organismo autónomo, aunque muchos entienden que esa autonomía es solo oficial y consideran que, en realidad, es una entidad que responde a los intereses del gobierno de turno.Su nacimiento se sitúa en 1997, aunque es heredero directo del Instituto de la Opinión Pública, que fue creado en 1963. Actualmente, cuenta con cerca de un centenar de empleados y, desde junio de 2018, su presidente es José Félix Tezanos, una figura que levanta tantas pasiones como odios.
Aparcamos la historia y las funciones ‘oficiales’ del CIS y nos adentramos en qué tipo de estudios realiza este organismo. Quizá el más conocido es el de las encuestas electorales o/y los barómetros de intereses y preocupaciones de los españoles. Periódicamente, el centro publica la intención de voto, lo que, mes a mes, permite ver la evolución de las preferencias políticas de los españoles.Ante procesos electorales concretos, se hacen trabajos específicos en los que se analiza a qué partidos políticos respaldarán en las urnas los habitantes de una ciudad, una comunidad autónoma o del país.Estas macroencuestas preelectorales tienen muestras que superan los 15.000 entrevistados, cuando las típicas encuestas que encargan los medios de comunicación apenas alcanzan los 2.000 o 3.000.Ese gran número de personas encuestadas hacen que la encuesta resulte más fiable, al menos desde un punto de vista técnico y metodológico.Sin embargo, los datos obtenidos se analizan con tendencias pasadas, se cruzan con otros datos… es lo que popularmente se conoce como “cocina”. Es decir, los datos que se obtienen en bruto no se publican directamente, sin filtro, sino que se interpretan.Es en ese paso donde la polémica encuentra su caldo de cultivo. Políticos y medios de comunicación se encargan del resto. Así que, no es de extrañar que mañana o la semana que viene, en la habitual pausa del café, escuches a los compañeros de la oficina hablar de lo “último” del CIS. Ya sabes, unos a favor y otros en contra.Además de la faceta demoscópica referida a la política, el Centro de Investigaciones Sociológicas, publica periódicamente el Índice de confianza del Consumidor, que pretende medir la percepción que tiene el ciudadano de la economía global del país, de su situación económica en particular, de las expectativas de futuro que tiene sobre el empleo o la opción de lograr un nuevo trabajo.De la misma manera, se hacen estudios recurrentes sobre los principales asuntos que preocupan a los españoles o acerca de asuntos más sectoriales como sanidad, Defensa y Fuerzas Armadas o política fiscal.Por otro lado, también hay encuestas para medir el sentir de la sociedad ante situaciones imprevistas como la de la covid-19. De muchos de estos estudios se hacen eco los medios de comunicación con titulares habitualmente llamativos aunque su verdadero objetivo es conocer con datos empíricos la evolución de la sociedad española.
Hace más de una década, en concreto desde 2009, toda la información que recopila el CIS es de acceso público. De tal manera que, a través de su portal, en el “Banco de Datos” del Centro de Investigaciones Sociológicas podemos acceder a todos los estudios, a sus fichas técnicas, a los cuestionarios, a la metodología empleada…Ese banco de datos es una fuente indispensable para equipos de investigación, empresas y universidades.En paralelo a esa actividad, la labor divulgativa del CIS completa la función principal de la entidad con la publicación de la Revista Española de Investigaciones Sociológicas y la redacción y/ o participación en diversos libros y colecciones especializados en ciencias sociales.También imparte diversos cursos de posgrado y de especialización y colabora con otras entidades de estudios sociológicos de carácter europeo.Y si quieres conocer más detalles de qué hace el CIS o convertirte por un rato en un sociólogo, puedes visitar su página web, www.cis.es. Ahí, podrás convertirte, cuando quieras, en un aprendiz de brujo demoscópico, buceando en sus bases de datos y en sus estudios. Tienes casi 2.000 trabajos para consultar, que se han ido incorporando desde 1963 hasta hoy en día.
