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Conseguir un crédito depende de muchos factores, pero, por supuesto, el primero es la confianza. A fin de cuentas… ¿Nunca has oído la afirmación “dar crédito a una afirmación”? En origen, crédito y confianza eran sinónimos. Así que, hoy, te vamos a dar las claves para aumentar tus posibilidades de conseguir un crédito a través de aumentar la confianza que puedes despertar en la otra parte.
Y es que, cuando acudimos al banco, lo más importante es lograr que tengan confianza en nosotros. Evidentemente, esto no se logra con palabras bonitas, sino demostrando nuestra solvencia. Pero, al final, todo se reduce a eso: Confianza. Así que, nada, vamos a ver las principales claves que tienes que tener en cuenta para aumentar tus posibilidades de conseguir un crédito.
El primer consejo es sencillo: No tengas deudas previas. Cuantas más deudas tiene una persona, menos de fiar es en temas económicos, porque menos probable es que vaya a ser capaz de devolver el dinero. Esto es bastante lógico, si te paras a pensarlo. Es normal que tengas una hipoteca y un crédito para el coche, pero… si ya tienes esas dos cosas… ¿Para qué quieres otro crédito?
En general, si estás pensando en pedir un crédito, lo mejor es que, antes de hacerlo, pagues el que tienes entre manos. De esta forma, la entidad crediticia verá más probable que le devuelvas el dinero y te pondrá menos pegas. Además, piensa que, en algunos casos, cuanto más fiable seas no sólo más probable será que te concedan el crédito, sino que, también, es posible que te reduzcan ligeramente los intereses que te vayan a cobrar.
Esto tiene que ver con el punto anterior, claro. Si has tenido otras deudas y, en alguna ocasión, te has retrasado en los pagos, eso es un claro indicio de que te está costando hacer frente a tus obligaciones crediticias. Siendo así, es muy lógico que la entidad bancaria no tenga interés en prestarte más dinero. Por lo tanto, esfuérzate por pagar a tiempo todas tus obligaciones, y esto dará a las entidades crediticias información de que eres una persona que cumple.
Otro punto importante es el de no andar constantemente cambiando de banco. Es cierto que, en ocasiones, los bancos hacen ofertas para captar clientes. Pero también es cierto que los bancos tienden a valorar la antigüedad de sus clientes y a premiarles por ello. Si te mantienes en tu banco, es probable que te ofrezcan mejores condiciones en lo que a créditos se refiere (aunque esto no significa que tengas que dejarte pisotear por tu banco, claro).
Al final, lo más importante a la hora de poder optar a un crédito es tener suficientes ingresos como para que puedas devolverlo. Nadie te va a dar un crédito con una mensualidad de 500€ si estás cobrando 600€ al mes (salvo que tengas un aval, de lo que hablaremos después). Por lo tanto, aumentar los ingresos es fundamental para conseguir que los bancos nos vean con mejores ojos.
Cuantos mayores sean nuestros ingresos, mayores serán las probabilidades de conseguir créditos y, además, mayores serán las cantidades a las que podremos optar, porque será bastante más probable que devolvamos el crédito si ingresamos mucho dinero al mes que si ingresamos muy poco dinero. Esto es obvio.
Tener propiedades también es una buena forma de mejorar tu perfil crediticio. Las propiedades, al fin y al cabo, tienen un valor, y ese valor se puede utilizar para hacer frente a las deudas, en caso de que sea necesario. De hecho, en no pocas ocasiones, para obtener un crédito nos exigen tener alguna propiedad para utilizar como aval (es decir, que, en caso de no pagar la deuda, se quedarán con esa propiedad que hemos usado como aval).
Incluso aunque no nos exijan un aval, el hecho de tener propiedades será de gran ayuda, porque nos permitirá parecer más solventes. Así que, en la medida de lo posible, trata de aumentar tus propiedades. Pero no cualquier propiedad sirve, claro, lo más recomendable serían las propiedades inmobiliarias. Y, después, un coche (muchas entidades financieras ofrecen créditos con coches como aval).
Por último, también puedes aumentar tus posibilidades de obtener un crédito utilizando a un tercero como aval, el cual se encargará de hacer frente a la deuda en caso de que tú no puedas hacerte cargo de ella (ya sea mediante su propio dinero líquido o mediante alguna propiedad que pueda utilizar como aval propiamente dicho).
Esto, evidentemente, tiene sus problemas, porque estás incluyendo a un tercero, el cual no se va a beneficiar del crédito que estás obteniendo y que, en cambio, sí puede ver peligrar parte de su patrimonio. Sin embargo, recurrir al aval de un tercero es algo muy común en las familias (normalmente, los padres avalan a los hijos para la compra de una vivienda o para emprender un negocio).
En definitiva, si eres capaz de obtener el aval de un tercero, tus posibilidades de obtener un crédito crecerán enormemente. Porque, además, piensa que eso demuestra que ya hay un tercero que te está dando su confianza. En cierto sentido, es una garantía por partida doble: El propio aval y el hecho de que esa persona (que, en teoría, te conoce) está dispuesta a confiar en ti y avalarte. Por eso los bancos valoran tanto este punto.
Como has podido ver, al final, aumentar tus posibilidades de obtener un crédito depende, fundamentalmente, de que seas capaz de demostrar a la otra parte que vas a ser solvente. Es decir, depende de tu capacidad para hacer que la otra parte confíe en ti. Y, con las claves que te hemos dado a lo largo de este artículo, podrás lograrlo (aunque no todos los consejos sean fáciles de llevar a cabo, claro). ¡Haz la prueba!
