En muchas ocasiones, el mundo de las inversiones nos parece totalmente ajeno, algo que hacen los ricos, pero que no es para nosotros. ¡Y nada más lejos de la realidad! Lo cierto es que cualquiera puede invertir y obtener buenos resultados desde muy poco dinero. Y cualquiera puede diseñar un plan de inversión. De eso trata el artículo de hoy, de cómo crear un plan de inversión Do It Yourself.
Como verás, todo lo que necesitas es conocer tus objetivos y tu perfil de riesgo. A partir de ahí, podrás decidir qué tipo de inversión es la que se ajusta más a ti y elegir los vehículos de inversión que mejor responden a ese tipo de inversión. ¡No te preocupes! Te vamos a guiar por todo ello paso a paso, para que no te pierdas nada. ¡Vamos!
Lo primero y más importante es que determines cuál es tu perfil de riesgo. Esto es básico, porque la mayor parte de las personas que pierden dinero invirtiendo son personas que no conocían de antemano su perfil de riesgo y entraron en inversiones que eran demasiado arriesgadas para ellos. Cuando ese riesgo se hizo visible a través de una alta volatilidad a la baja, vendieron (porque no aguantaron la presión) y perdieron dinero.
Esto es algo muy habitual. En el otro extremo tenemos el caso de personas que podrían aguantar un gran nivel de riesgo y una alta volatilidad a la baja pero que invierten en productos muy poco arriesgados y muy poco volátiles. En estos casos no hay pérdida de dinero como tal, pero sí hay un coste de oportunidad (es decir, estás ganando menos de lo que podrías estar ganando, lo que es equivalente a perder dinero).
Así que lo primero que tienes que hacer es determinar cuál es tu perfil de riesgo. De esta forma, podrás invertir de la forma más ajustada a tus características, a tu preferencia temporal y a tu aversión al riesgo. Y, en consecuencia, obtener los mejores resultados posibles, claro. Para determinar tu perfil de riesgo puedes utilizar cualquiera de las muchas herramientas que encontrarás googleando “cuál es mi perfil de riesgo como inversor”. No vamos a explicarlo aquí.
Otro aspecto que tienes que tener en cuenta es cuál va a ser tu dedicación. Es decir, cuánto tiempo de tu día a día quieres dedicar al tema de la inversión. Esto es fundamental para clarificar no sólo algo tan evidente como si quieres hacer trading o invertir a largo plazo, sino para determinar, también, qué tipo de vehículo de inversión vas a utilizar y en qué activos concretos vas a invertir.
Si no quieres dedicar mucho tiempo a la inversión, tendrás que optar por opciones más diversificadas y que exijan menos trabajo (a costa, por supuesto, de reducir los posibles retornos y rentabilidades). Si estás dispuesto a dedicar más tiempo a la inversión, podrás pasar más tiempo seleccionando vehículos y activos adecuados para ti y con una expectativa de rentabilidad mayor.
Una vez tengas claro todo lo anterior, tendrás que elegir cuál es el vehículo de inversión que vas a utilizar. Puede que esto, ahora mismo, te resulte impensable. Que no sepas cuál es el vehículo de inversión adecuado para ti y que ni siquiera sepas cómo puedes llegar a saberlo. Pero, si completas los dos puntos anteriores y comprendes la naturaleza de los vehículos de inversión más habituales, podrás decidir sin dificultad.
Por supuesto, si no conoces los distintos vehículos de inversión que hay a tu disposición, lo que deberías hacer no es invertir, sino estudiar para aprender un poco más. No deberías invertir si no tienes un conocimiento por encima de la media en materia de finanzas. Pero, bueno, aquí estamos dando por hecho que sí tienes esos conocimientos, al menos a un nivel básico.
La cuestión es que tendrás que elegir el vehículo de inversión más adecuado para ti. Si estás dispuesto a dedicarle bastante tiempo al tema, puedes seleccionar tú mismo los activos en los que invertir. O, al menos, los fondos de inversión de gestión activa que van a hacer ese trabajo por ti. Si no es tu caso, si no estás dispuesto a dedicar un cierto tiempo a buscar las mejores opciones, lo mejor que puedes hacer es invertir en RoboAdvisors.
El siguiente punto es elegir los activos en los que vas a invertir. Tanto si inviertes por ti mismo haciendo una buena selección de activos como si lo externalizas a un equipo gestor, vas a tener que elegir en qué tipos de activos inviertes (excepto en los fondos de gestión activa – e, incluso en estos casos, a menudo tienes que hacer un cierto trabajo, pues tienes que seleccionar los fondos atendiendo a sus activos y a sus estrategias de inversión).
Sea como sea, la elección de los activos dependerá de cuál sea tu perfil de riesgo. Si tienes una alta aversión al riesgo, no querrás invertir ni en empresas directamente ni en fondos de inversión que inviertan en renta variable. Debes elegir aquellos activos que se ajusten a tu perfil de riesgo.
Si no toleras mucho el riesgo, puedes optar por renta fija (no es muy recomendable), por fondos indexados bien diversificados o por el inmobiliario. Si tienes una mayor tolerancia al riesgo, lo mejor que puedes hacer es invertir en renta variable (elegir tú mismo las compañías o dejarlo en manos de gestores de fondos ya es algo que dependerá de cuánto tiempo quieras dedicar al tema de la inversión).
Como puedes ver, crear tu propio plan de inversión no entraña demasiada dificultad. Por supuesto, puede que tengas que estudiar un poco sobre inversión para estar más seguro de las decisiones que tomes.Pero, más allá de eso, cualquiera con unas nociones básicas de finanzas y de matemáticas puede obtener muy buenos resultados. ¡Así que adelante!
