Si estás pensando en comprarte una casa y necesitas solicitar una hipoteca, presta atención. En este artículo te explicaremos algunos de los conceptos financieros más importantes que debes conocer antes de sentarte a negociar con tu banco. La información es poder y es mejor conocer el significado de toda esta terminología que aparecerá reflejada en el contrato que firmes.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí]
La cuota hipotecaria es lo que pagarás cada mes hasta devolver la totalidad del préstamo recibido. ¿Significa esto que si pagas 400 euros al mes cancelarás 400 euros de deuda? No. La cuota se compone del capital y de los intereses. El capital es el dinero que te han prestado y que tienes que devolver, mientras que los intereses son el precio que has de pagar por recibir el préstamo.
El pago de intereses de tu préstamo se rige por un sistema de amortización conocido con ese nombre y caracterizado porque las cuotas son constantes. Esto significa que cada mes el banco recibe los intereses en función del capital que queda por amortizar. Como consecuencia, durante los primeros años de hipoteca es cuando se pagan más intereses, mientras que en el periodo final del préstamo casi todo lo que se amortiza es capital.
El interés compuesto es tu amigo cuando inviertes y tu enemigo al endeudarte. El volumen total de intereses que pagarás por tu hipoteca está en función del número de años que tardes en devolverla. Esto significa que para dos hipotecas del mismo importe y con el mismo tipo de interés, si una es a 20 años y la otra a 40 años, por la segunda pagarás muchísimos más intereses que por la primera.
El avalista es la persona que se responsabiliza de que pagues la deuda. En caso de impago, él responderá por ti con todos sus bienes. Lo normal es que en un préstamo hipotecario el aval sea la propia vivienda, por lo que si no devuelves el préstamo, el banco se queda con tu casa para compensar la deuda. Sin embargo, a veces los bancos pueden pedir la garantía de una tercera persona al solicitar una hipoteca.
Las comisiones son tarifas que cobran la mayoría de las entidades financieras como contraprestación a determinados servicios, como por ejemplo, solicitar una hipoteca. En el caso de las hipotecas puedes encontrar comisiones de todos los colores (de apertura, por riesgo de tipo de interés, por novación o subrogación, por amortización parcial o total…). Lo ideal es que tu préstamo hipotecario tenga cuantas menos mejor.
Al solicitar una hipoteca estás obligado al pago de determinados impuestos. Por una parte está el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, que pagan tanto el cliente como el banco. En el caso de que la vivienda sea de obra nueva hay que pagar también el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Por el contrario, si se trata de una vivienda de segunda mano hay que hacer frente al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Con el seguro de vida proteges a tus seres queridos ante tu fallecimiento, de forma que pueden quedar exentos del pago de la deuda si lo contrataste por la totalidad de la hipoteca. Si solo lo hiciste por una parte de la misma, por ejemplo el 50%, tendrán que hacer frente a la mitad restante. Por su parte, con el seguro de hogar cubres los daños materiales que la vivienda pueda sufrir.
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