La inflación ya está aquí. La inflación ya llegó. Ya hemos hablado alguna vez de qué es la inflación y cómo nos afecta. Hoy, vamos a ir un poco más a lo concreto. Vamos a abordar los mejores consejos para combatir la inflación. Porque, por feo que se ponga todo, siempre podemos tomar acciones para sufrir lo menos posible las consecuencias de las malas decisiones de los políticos (porque, sí, la inflación la causan ellos, directa o indirectamente).
Pero no sólo te vamos a dar consejos para combatir la inflación, sino que te vamos a dar consejos para que la aproveches y para que juegue en tu favor. Porque eso también es posible. Con un poco de suerte, podrás sobrevivir a este escenario inflacionista no sólo sin sufrir las consecuencias, sino habiéndolo aprovechado para mejorar tu situación. ¡Vamos a verlo!
El primer consejo para defenderse de la inflación es no tener dinero. Puede sonar muy radical, pero cabe entender que, en un entorno inflacionario, el dinero vale cada vez menos. Es cierto que, por suerte, vivimos en Europa, y no es probable un escenario donde el dinero se vaya a depreciar un 10% al año. Pero, aunque sea poca depreciación, siempre implica pérdida del poder adquisitivo, y no es lo que deseamos.
Por ello, lo mejor que puedes hacer en un entorno inflacionario es tener la mínima cantidad de dinero posible. Sólo aquello que vayas a necesitar para hacer pagos en tu día a día y en el corto plazo. Todo dinero que vaya más allá de eso debería estar invertido, porque, de lo contrario, perderá valor con cada día que pase. Ahora bien… ¿En qué debería invertir? De eso, te hablo en el siguiente apartado.
Para protegerte de la inflación, es fundamental que inviertas en activos reales. Piensa que, cuando hay inflación, lo que está perdiendo valor es el dinero. Y pierde el valor respecto a los demás bienes. Por lo tanto, si compras esos bienes, estarás preservando tu valor mejor que si lo que tienes es dinero. Ahora bien… ¿Qué activos reales debería comprar? Bueno, aquí hay opciones para todos los gustos.
Hay quienes dicen que lo mejor que se puede hacer es invertir en oro, porque es el auténtico dinero y el que mejor te va a proteger de la inflación. Hay quienes dicen que el oro va a ser desbancado por el Bitcoin, y que, por tanto, ésta es la mejor opción. Hay quien dice que es mejor invertir en empresas, porque las empresas no son en sí mismas activos reales, pero sí producen activos reales, así que conservan mejor el valor.
Y, por último, tenemos la vivienda, por supuesto. Tradicionalmente, en España, la vivienda ha sido el vehículo más utilizado para protegerse de la inflación. Y no está nada mal, la verdad. De hecho, según los últimos estudios, no sólo permite protegerse de la inflación y mantener el valor, sino que permite conseguir una rentabilidad análoga a la de la Bolsa. Así que es una muy buena opción. Y más si la compramos con deuda.
Sí. Normalmente, cuando se trata de finanzas personales, se recomienda no endeudarse. Esta es la base de la teoría. Sin embargo, la base de la teoría debe adaptarse a las circunstancias. Si estamos en un entorno inflacionario, no endeudarse puede ser una mala idea. ¿Por qué? Pues porque, siempre y cuando tengamos un tipo de interés fijo, lo que tendremos que pagar será una cantidad fija, pero que vale cada vez menos.
Es decir, imagínate una inflación del 10%. Contratas una hipoteca y la cuota que te queda a pagar es de 600€ al mes. Durante ese año, sí, pagas esos 600€ al mes (en realidad, un poco menos cada mes, porque la inflación es un proceso constante, pero estamos simplificando), pero, cuando ha transcurrido un año, estás pagando 600€ que valen como 540€ de hace un año.
¿Y lo mejor de todo? Que, con esa hipoteca que cada vez te resulta más fácil pagar y tiene un menor coste, estás comprando una vivienda, que es un activo real, que no sólo te protege de la inflación, sino que te permite obtener una rentabilidad a futuro. Esta es una de las formas más inteligentes de aprovechar un contexto inflacionario.
El siguiente consejo es que negocies subidas. ¿Qué tipo de subidas? Pues aquellas que tienen que ver con tus ingresos. Es razonable que, si aumentan los precios, aumenten los salarios. Pero el empresario intentará que no suceda. Tendrás que negociarlo. Si lo haces, puedes conseguir un salario ajustado a la inflación.
Puede que pienses: “¿Pero y si el empresario no puede ofrecerme una subida?”. Piensa que el empresario, respondiendo a la inflación, subirá los precios de los productos que vende. Es decir, ingresará más dinero. También le subirán los precios los proveedores, pero tendrá un margen de beneficio después de esas subidas. Si tú no reclamas una subida salarial, su margen de beneficio será mayor que antes de que hubiese inflación… ¡Y tu salario menor! Es justo pedir una subida ajustada a la inflación.
Por último, intenta negociar con quien te quiera subir los precios. No siempre será posible, pero lo puedes intentar. Por ejemplo, si te quieren subir el alquiler, puedes decirle que no te han subido el salario y que no puedes hacer frente a un alquiler más caro. Como digo, no hay ninguna garantía, pero debes intentar negociar.
Como puedes ver, la inflación es muy perjudicial para el bolsillo de los ciudadanos. Pero podemos protegernos de ella, combatirla e, incluso, beneficiarnos de ella. Así que esperamos que estos consejos para combatir la inflación te hayan resultado útiles y puedas sacarles el máximo partido… ¡Y que la inflación juegue a tu favor o, al menos, no erosione tus finanzas!