La recesión es un término que cada cierto tiempo sobrevuela la actualidad económica y financiera de un país. En los últimos años, se ha llevado titulares de periódicos y cabeceras de telediarios. Y aunque no siempre acaba por concretarse, lo cierto es que el temor a una recesión es algo en lo que siempre deberías pensar.
Por suerte, las recesiones no siempre son tan fieras como las pintan. Al menos, si sabes cómo sobrellevarlas.A continuación, te explicamos algunos consejos para sobrevivir a una recesión y no morir en el intento.
El primer consejo es, como siempre, realizar un presupuesto familiar. En este documento, deberán constar la totalidad de ingresos y gastos previstos para el periodo. Nadie sabe cuánto puede durar una recesión, por lo que tendrás que repetir este ejercicio a lo largo de diferentes periodos.
Pero no solo eso; también deberás establecer un control periódico de todas tus partidas presupuestarias para comprobar que no te desvías de lo efectivamente presupuestado, especialmente en el caso de los gastos, que siempre deberían ir en línea o por debajo del mismo.
Parece algo obvio, pero el primer consejo es diversificar tus fuentes de ingresos. De esta manera, cualquier problema que pueda tener alguno de tus pagadores se compensará con el resto, y tendrás menos problemas para sobrellevar la recesión. Aprovecha cualquier oportunidad para formarte y prepararte en el ámbito laboral, trazando un plan y ejecutándolo. Si lo haces con la antelación suficiente, no tendrás que preocuparte por encontrar un trabajo con urgencia cuando llegue la temida recesión.
Y no solo hablamos de oportunidades en el ámbito laboral. Puedes vender cualquier cosa que tengas por casa, y que no utilices, en plataformas de segunda mano; también trabajar como freelance, repartir comida rápida o hacer encuestas online, entre otras muchas cosas, si quieres obtener ingresos extraordinarios.
Una de las razones que explican por qué algunas familias y empresas son más vulnerables en épocas de recesión es debido a sus deudas. Cuanto más deudas tengas, más problemas tendrás en caso de que llegue una recesión económica, ya que tu economía será mucho más frágil.
Por eso, en estas circunstancias,conviene que reduzcas tus deudas al mínimo imprescindible. Para ello, ante el temor a una recesión, deberías amortizar la mayor cantidad de préstamos y créditos posible si no quieres ser vulnerable a episodios de este tipo.
Unido al punto anterior, si quieres mejorar tu posición financiera en una recesión, es importante mejorar tu solvencia, para lo cual también deberás reducir gastos. Y si bien no todos son susceptibles de ser reducidos, al menos sí deberías intentarlo con los gastos superfluos o prescindibles.
No obstante, siempre puedes buscar fórmulas para reducir los gastos imprescindibles, por ejemplo, cambiando el proveedor de gas, electricidad o teléfono, o comparando precios en el supermercado o las gasolineras.
Tus activos son tu mejor protección a épocas de recesión económica. Sin embargo, a pesar de su importancia en este contexto, la mayoría de pequeños inversores vende si el valor de su patrimonio ha bajado de forma significativa, que se suele producir si los mercados descuentan una recesión. Y este es uno de los peores errores que puedes cometer.
Si tus finanzas familiares te los permiten, el consejo es mantener los activos en cartera, pensando a largo plazo. La historia demuestra que los mercados siempre se acaban recuperando. De hecho, tal y como afirma un proverbio chino, las crisis son oportunidades, en este caso, de comprar mucho más barato en bolsa. Así que, si puedes permitírtelo, la recomendación es mantener activos en cartera, e incluso comprar más.
A veces, el consejo no es mantener los activos en cartera, sino el contrario: vender parte de tus activos para sobrellevar la recesión. Este consejo es especialmente significativo en entornos vulnerables que no pueden llegar a fin de mes con sus ingresos actuales, o si has comprado los activos equivocados.
Además, si parte de tus activos están en pérdidas, y decides venderlos porque te quitan el sueño, debes saber que las pérdidas se pueden compensar con otras ganancias patrimoniales para reducir la factura fiscal en el IRPF. Un método de ahorro interesante que también te servirá para reducir gastos.
Los fondos de emergencia son instrumentos fundamentales en toda planificación familiar. Se trata de un fondo que se va constituyendo poco a poco para tener liquidez suficiente en caso de imprevistos o ante situaciones difíciles. Y no hay situación más complicada que una recesión, al menos desde el punto de vista económico.
Los expertos recomiendan que este fondo esté compuesto con dinero suficiente para cubrir, al menos, entre 3 y 6 meses de gastos corrientes. Por ejemplo, si gastas 1.000 € al mes, tu fondo de emergencia deberá tener entre 3.000 a 6.000 € de liquidez. Y no hablamos solo de dinero. Si puedes almacenar algunos productos de primera necesidad, como ropa, alimentos no perecederos o medicamentos, mejor que mejor.
Si piensas en el largo plazo, la recesión no es más que un pequeño obstáculo en el camino. Ninguna recesión dura para siempre, de manera que no te debes dejar llevar por las emociones ni permitir que la incertidumbre en cuanto al futuro te paralice.
Este consejo es especialmente relevante cuando hablamos de inversiones. Tener un plan, seguirlo al pie de la letra y pensar a largo plazo te ayudará a alcanzar todas las metas que te propongas, incluso aquellas en las que interviene el dinero.
En realidad, las recesiones no tienen por qué ser un problema si sabes cómo afrontarlas. Solo tú eres capaz de alcanzar todas las metas que te propongas, con esfuerzo, dedicación y constancia.