Cada día nos despertamos con la noticia de que la luz alcanza máximos históricos otra vez más. Es decir, que la luz cada vez está más cara. Y no parece que sea algo que vaya a cambiar a corto plazo. Y, claro, siendo invierno, esto es bastante problemático. Por ello, hoy, te traemos consejos para reducir tu factura de la luz este invierno sin pasar frío.
Y es que, aunque parezca difícil, es posible. Simplemente, tenemos que tener un consumo más racional de nuestra electricidad. Y, aunque esto pueda parecer tercermundista o de otro siglo, lo cierto es que es lo único que podemos hacer. Así que más nos vale hacerlo. ¡Pero no te preocupes! No son consejos demasiado difíciles de poner en práctica. ¡Ya lo verás!
La primera clave para ahorrar en la factura de la luz este invierno es abrigarte. Y abrigarte también en casa. No tiene sentido que te levantes de la cama con un pantalón corto o en calzoncillos y te pongas a desayunar con el calefactor puesto. Ponte un pantalón largo para que no necesites tener encendido el calefactor.
Del mismo modo, puedes reducir el gasto en calefacción y en luz si te abrigas más estando por casa. No es necesario que te pongas una chaqueta (aunque es una opción si vas muy justo de dinero), pero sí puedes ponerte una sudadera o un forro polar cómodo. De esta forma, no sentirás tanto frío y no será necesario que enciendas los radiadores o los calefactores. Es un poco incómodo, pero a final de mes, compensa.
Una recomendación básica para no gastar de más en luz y calefacción es cambiar las ventanas y las puertas por otras que permitan un mayor aislamiento. Por las puertas y las ventanas se escapa muchísimo calor (o frescor) al exterior. Y, al mismo tiempo, entra mucho frío (o calor) del exterior. Por lo tanto, cambiar las puertas y las ventanas es una decisión muy acertada. Con un menor consumo energético podremos tener una mejor sensación térmica en el interior.
Pero, evidentemente, si estás teniendo problemas para llegar a final de mes y poder pagar las facturas de luz y calefacción, es lógico pensar que no te puedes permitir el cambio de ventanas y puertas. En ese caso, opta por sellarlas. No es una solución tan eficaz, pero es funcional. Lo único que necesitas es un poco de cinta aislante. La colocas en las juntas por donde puede irse el calor y, aunque no conseguirás que no se vaya nada, sí mejorarás algo el aislamiento.
Ventilar la casa es fundamental para evitar que proliferen gérmenes, además de malos olores. Sin embargo, para evitar esos gérmenes y esos malos olores es más que suficiente con ventilar una vez al día. Si lo haces más veces, después tendrás que recalentar la vivienda, lo cual tiene un alto coste energético. Por tanto, ventila sólo una vez al día. Preferiblemente, al mediodía, que es cuando más calor hace y menos te va a afectar hacerlo.
Puede que la luz sea la fuente de energía más cara (o puede que no, es algo que debes comprobar). Si es así, no tiene sentido utilizar electricidad en lugar de esas fuentes alternativas. Comprar una estufa de butano o utilizar más la calefacción de gas puede ser una idea inteligente si la luz está mucho más cara que esas alternativas. Y, por supuesto, recurrir a la clásica chimenea también puede ser una idea inteligente si vives en una casa.
Por supuesto, ten presentes los tramos de precios que existen actualmente en la luz. Actualmente, las horas más caras son por la tarde-noche y por la mañana, mientras que, de madrugada, es cuando más barata es la luz. Evidentemente, estos horarios son problemáticos, porque la luz es más cara cuando más la necesitamos, pero tenemos cierto margen para jugar con los tramos y evitar pagar de más.
Por ejemplo, si es posible, puedes poner la lavadora durante la noche. También puedes poner el calefactor en las horas “llano” (de pago intermedio, ni muy cara ni muy barata) para caldear la vivienda, y,cuando entres en el tramo donde el precio de la luz es mayor, parar los calefactores. De esta forma, tendrás caldeada la vivienda sin necesidad de pagar la luz cuando más cara está.
En definitiva, deberías evitar tanto como sea posible utilizar energía de las 10 de la mañana a las 2 del mediodía y de las 6 de la tarde a las 10 de la noche. Y, en la medida de lo posible, deberías trasladar la mayor cantidad de consumo energético al tramo entre las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana. Es difícil, porque a esas horas estamos durmiendo, pero es la mejor forma de ahorrar en la factura de la luz.
Además, ten en cuenta que, en los fines de semana y festivos, todo consumo de luz se considera “valle”, es decir, el tramo más barato. Puede ser buena idea trasladar al fin de semana ciertos consumos energéticos, como preparar la comida (puedes congelarla y tenerla lista sin necesitar de guisar durante la semana) o poner las lavadoras si no es posible ponerlas por la noche a lo largo de la semana.
Para terminar, por supuesto, deberías aprovechar la manta tanto como sea posible. Esta es la forma más clásica de reducir la factura de la luz y, además, disfrutar al máximo del invierno. Además, si vives en pareja, la manta da mucho juego… Puedes utilizar el tema del ahorro en electricidad como excusa. Piénsalo. ¡Así que aprovéchala tanto como sea posible!
Como puedes ver, con estos consejos podrás reducir el gasto en electricidad durante este invierno sin pasar frío. Por supuesto, implica algunas incomodidades, pero nada que no podamos superar. Así que, ya lo sabes: Abrígate y a pasar este invierno tan calentito como sea posible sin gastar más de la cuenta… ¡Lo agradeceremos cuando llegue la factura de la luz!