Un lonchafinista es una persona que vigila muy de cerca sus gastos. Su objetivo es ahorrar cada mes la máxima cantidad de dinero posible y para conseguirlo lleva a cabo todas las prácticas de ahorro que estén a su alcance. No se trata de ser un rácano de manual sino de interiorizar hábitos de consumo que, sin reducir la calidad de vida, contribuyan a un menor gasto y a un mayor ahorro.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí] Si te gusta la definición y quieres convertirte en un lonchafinista de manual debes saber que tienes que cambiar tus rutinas y aprender a comprar solo lo que necesites, comparando previamente los precios, y evitando gastar por gastar. Vamos a darte algunos consejos para que lo consigas sin despeinarte.
Si cada vez que pisas una tienda o un centro comercial piensas que debes comprar alguna cosa, entonces tienes que cambiar tu forma de ver el dinero. Comprueba qué tienes, determina qué necesitas y decide en qué vas a gastar. Menos es más: se acabó el gastar por gastar; la filosofía minimalista siempre ha de estar presente.
El entorno nos hace creer que necesitamos cosas que en realidad no necesitamos. Un ejemplo es que ves un patinete eléctrico en la tele, lees un par de artículos sobre transporte sostenible en internet, visitas Amazon y te creas a ti mismo la necesidad de tener ese producto. ¿Pero realmente lo vas a utilizar o es solo un capricho?
Erróneamente creemos que si consumimos más seremos más felices: una tele de 49 pulgadas, un ordenador nuevo, un altavoz inteligente, una tablet último modelo, etc. Todos estos productos generan una falsa felicidad transitoria. En cuanto llevas varios días utilizándolos la felicidad desaparece y te quedas igual que estabas antes de comprarlos, pero con menos dinero (o más deudas).
Salvo que se trate de un producto que cubra una necesidad básica, antes de comprar cualquier cosa que crees que necesitas deberías darte un tiempo para reflexionar. 48 o 72 horas suelen ser más que suficientes para evitar comprar en caliente. En un gran número de casos, estas compras impulsivas son las culpables de que no cumplas tus metas de ahorro.
A veces compramos cosas solo para sentirnos parte de un grupo. En otros casos, para adquirir mayor status social. Y en otros, para calmar nuestra ansiedad o nuestro estrés. Estos tres tipos de compras son innecesarias y no aportan nada. Son compras absurdas que tenemos que evitar a toda costa.
No te imaginas lo efectivo que es hasta que lo pones en práctica. Algunos ejemplos podrían ser:
Te conoces mejor que nadie así que nadie mejor que tú para el auto-sabotaje.7º. Oblígate a donar.Se trata de dar y percibir, ¿verdad? Pues cada vez que compres algo tendrás que hacer una donación por un porcentaje de esa compra. Por muy humano que sea este gesto, seguro que cuanto más alto sea el porcentaje más te costará comprar. Con la donación aprendes a dar más valor a tus compras.¿Buscas un préstamo sin papeleos? En Vivus te ofrecemos un crédito de hasta de hasta 1.000 euros (300 si es la primera vez que lo solicitas). Con nuestros préstamos podrás hacer frente a cualquier imprevisto que te pueda surgir. La solicitud es muy sencilla y rápida: ¡Diez minutos y sin apenas papeleo!