A menudo oímos anuncios de seguros de vida en televisión o radio. Sin embargo, no prestamos demasiada atención. Los pasamos por alto, porque creemos que no va con nosotros. Pero lo cierto es que no sabemos si realmente va con nosotros o no. Quizá si es un buen momento para contratar un seguro de vida, ¿no? ¿Te has parado a pensarlo alguna vez? Lo más probable es que no.
Por ello, en el artículo de hoy, vamos a tratar de ayudarte a dilucidar cuándo merece la pena contratar un seguro de vida. Para ello, en los siguientes apartados, hablaremos de qué edad es la más recomendable para contratar un seguro de vida, en qué casos particulares merece la pena hacerlo, cuáles son las principales razones por las que la gente contrata un seguro de vida y mucho más. ¡Vamos a verlo!
El momento de formar una familia es cuando más te va a interesar contar con un seguro de vida. ¿Por qué? Pues porque, hasta que formas un seguro de vida, nadie va a responder por tus obligaciones a tu muerte. En cambio, cuando vives en familia, es posible que esas obligaciones pasen a tu mujer o a tus hijos.
Además, por supuesto, también hay que tener en cuenta que la familia vive con una serie de ingresos que tú proporcionas (total o parcialmente). Y si, de repente, desapareces, la familia puede verse con dificultades para hacer frente al pago de diferentes obligaciones. Con el seguro de vida, en cambio, aseguras una cierta aportación económica a la familia incluso después de fallecer.
Por cierto, también es el momento de contratar un seguro de salud. Cuando formas una familia es un gran momento para contratar un seguro de vida. Esto se debe a dos grandes razones: Por un lado, no sabes qué va a suceder en temas de salud con tus hijos. Por otro lado, los seguros os harán un mejor precio ahora que sois una familia que de forma individual.
Respecto al primer punto, tienes que entender que los seguros no suelen ofrecer sus servicios a aquellas personas que han demostrado tener alguna enfermedad, independientemente de la edad que tengan. Por lo tanto, es conveniente crear el seguro para los niños tan pronto como nacen, porque, en ese caso, cualquier enfermedad (siempre que esté cubierta) podrá ser tratada sin que te pongan pegas.
Respecto al segundo punto, piensa que, a un seguro, si le ofreces tres personas en vez de una, les sale mucho más rentable. Es por ello que se pueden plantear hacerte un descuento en las pólizas. Es un punto bastante a favor de contratar un seguro, puesto que, cuando más valor te aporta (porque te protege a ti pero también a los miembros de tu familia), más barato es.
Otro buen momento para contratar un seguro de salud es en el momento de contratar una hipoteca. Es normal que los bancos ofrezcan un seguro de salud junto a la hipoteca, porque les interesa que, aunque mueras, puedas devolver el crédito. Y a ti también te interesa, especialmente si, como en el caso anterior, tienes una familia. De lo contrario, será tu familia la que responda por dicha deuda (o tenga que abandonar la vivienda).
Eso sí, conviene señalar que, a pesar de que los bancos, a menudo, ofrecen un seguro de salud junto a la hipoteca, esos seguros no suelen ser la mejor opción. Deberías buscar otros seguros que ofrezcan coberturas más amplias y pólizas que satisfagan mejor tus necesidades. Simplemente, lo comentábamos como un ejemplo de que, efectivamente, al banco le interesa que estés asegurado. Y a ti, también.
Siguiendo con lo anterior, si contratas una hipoteca, puesto que el seguro que te ofrezcan no será el mejor, lo más recomendable es que elijas la opción de hipoteca sin seguro, aunque sea un poco más cara. Después, puedes buscar un seguro con mejores prestaciones en cualquier otra aseguradora. Pero, como siempre, haz los números. Quizá la opción del banco sea mejor por la cuantiosa rebaja en los tipos de interés que te ofrecen. Todo depende.
Quizá el subtítulo es un poco radical, pero nos referimos a la práctica de algún deporte de riesgo o a algún trabajo peligroso. Sucede que los seguros de vida no sólo aseguran una prestación económica para los familiares en caso de fallecimiento del titular, sino que también pueden asegurar una pensión de incapacidad al mismo.
Por lo tanto, si eres una persona que practica deportes de riesgo o asume cualquier tipo de riesgo equivalente, contratar un seguro de vida puede ser una buena idea. Eso sí, ten en cuenta que, en estos casos, es posible que el coste del seguro sea un poco mayor, porque la aseguradora también estará asumiendo un mayor riesgo.
Como veníamos diciendo, el seguro de vida suele integrar un seguro de invalidez. En este caso, el beneficiario es el mismo contratante. Sin embargo, para la parte del seguro propiamente “de vida”, la que entra en juego en caso de fallecimiento del contratante, el beneficiario puede ser cualquier persona que libremente se designe.
Es por ello que es un seguro normalmente familiar, y, por tanto, contratado entre los 30 y los 50 años (en términos generales), porque el contratante acostumbra a poner como beneficiaria a la pareja. De esta forma, en caso de fallecimiento, la familia puede tener un sustento para superar tan difícil situación (tanto emocional como económica).
Como puedes ver, lo cierto es que casi cualquier momento es un buen momento para contratar un seguro de vida. Si tienes el dinero, lo cierto es que vale la pena por las ventajas y beneficios que te va a aportar. Además, aunque parezca mentira, cuanto antes lo contrates, más barato te saldrá a largo plazo, porque el seguro premiará tu fidelidad (y castigará tu oportunismo con precios altos si intentas contratarlo únicamente cuando seas mayor o estés enfermo).