La Seguridad Social es un sistema público que tiene como objetivo asegurar a la población una serie de prestaciones mínimas que la proteja en caso de necesidad, como puede ser una enfermedad, ante la situación de desempleo o ante la jubilación.
El sistema de la Seguridad Social es público, ya que lo proporciona el propio Estado. Los fondos necesarios para financiar estas prestaciones se obtienen de las cotizaciones sociales, que son unas aportaciones que realizan tanto los trabajadores como las empresas.
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Estas aportaciones que hacen empresas y trabajadores permiten definir las dos modalidades de actuación de la Seguridad Social: la modalidad contributiva y la no contributiva.Mientras que la primera requiere cotizar a la Seguridad Social durante un número determinado de años para poder recibir la prestación (15 años en el caso de las pensiones); las prestaciones no contributivas son más de tipo asistencial y se dirigen a todo tipo de personas, hayan cotizado o no.
Las personas que cotizan a la Seguridad Social se integran en distintos regímenes en función de la naturaleza de su trabajo o actividad económica. Por una parte encontramos el Régimen General, que lo forman los trabajadores por cuenta ajena, es decir, los que trabajan para una empresa que no les pertenece.
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Por otro, están los Regímenes y sistemas especiales, formados por las personas que desarrollan una actividad económica con características especiales y diferenciadoras. Hay varias modalidades, entre ellas:
La acción protectora de la Seguridad Social es enorme. En nuestro entorno estamos rodeados de personas que se benefician de la misma. Por ejemplo, nuestros abuelos que cobran una pensión de jubilación cada mes o el amigo que perdió su trabajo y está cobrando la prestación por desempleo. La seguridad social es muy importante en la vida laboral.
El bienestar social generado por la Seguridad Social es muy importante en los tiempos que corren. Sus prestaciones se pueden materializar de diversas formas. Veamos las principales:- Prestaciones directas. Son aquellas mediante las cuales las personas reciben un servicio de asistencia sanitaria, prestaciones farmacéuticas o servicios sociales.
- Prestaciones económicas. Aquí encontramos los subsidios (incapacidad temporal, riesgo durante el embarazo o lactancia, cuidado de menores afectados por enfermedades graves…), las pensiones (por jubilación, por incapacidad permanente, por muerte y supervivencia o extraordinarias), las indemnizaciones (por lesiones permanentes, por incapacidad permanente parcial o por fallecimiento) y otras como las prestaciones para la protección familiar, el desempleo, el auxilio por defunción o por viudedad.
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Como vemos, la acción protectora de la Seguridad Social es un ejemplo de elemento del Estado del Bienestar característico de sociedades que garantizan un nivel mínimo de vida a su población.
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