Hace un par de semanas llegaron las noches frescas y, tras ellas, las primeras gotas de lluvia. Irremediablemente el invierno se acerca y a poco que nos despistemos tendremos que encender los radiadores para calentar la casa. Seguro que cuando esto ocurra, reducir la factura de la calefacción será una de tu prioridades. Hoy te contamos como conseguir ahorrar en calefacción.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí]
Casi todo el mundo deja abiertos todos los radiadores de toda la casa “por si acaso”, pero ese por si acaso termina resultando muy caro. Esta es la típica cosa que te está impidiendo ahorrar en calefacción. Si no vas a usar una habitación durante ciertas horas, como los dormitorios, que solo se usan de noche, ¿para qué dejar encendidos los radiadores? Es un gasto eléctrico sin sentido.
La mejor forma de no malgastar electricidad es apagando los radiadores de estas habitaciones. Con que los enciendas un rato antes de entrar será más que suficiente para que la habitación esté a buena temperatura cuando llegue el momento de usarla.
Seguimos con el foco puesto en los radiadores. Los termostatos permiten que la temperatura de las diferentes habitaciones se mantenga estable. Estas válvulas logran un ahorro de energía de entre el 10 y el 15% respecto a los radiadores que no las utilizan, lo que te permitirá ahorrar en calefacción.
Frente a las válvulas manuales, que abren o cierran el radiador de forma manual, las de cabezal termostático consiguen regular la temperatura de cada radiador de forma automática. Como resultado, consiguen que la temperatura de confort se alcance de forma gradual, con el consiguiente ahorro de energía.
Si las puertas y ventanas de tu casa están mal aisladas te resultará mucho más caro mantenerla a la temperatura correcta. ¿Oyes esos silbidos del viento a través de la ventana? Pues por ahí se va el calor, el consumo de electricidad y varios euros de tu bolsillo. Una de las mejores inversiones que puede hacerse en cualquier hogar es el aislamiento del mismo. Ventanas herméticas y buenas puertas por las que no se filtre el aire frío.
También puedes utilizar ventanas de doble acristalamiento. Considerando que la mayor parte de la energía que se produce en los hogares está destinada a cubrir lo que se pierde por las rendijas de las ventanas, un cristal doble, aunque suponga un gasto importante, también será una buena inversión a largo plazo.
Conseguirás reducir la factura de la calefacción si mantienes unos buenos hábitos en tu hogar y sigues unas pequeñas normas. El principal es evitar poner la calefacción a temperaturas muy elevadas. ¿Cuántas veces has entrado en casa muerto de frío y has puesto la calefacción a 26 o 27 grados? Es un gasto inútil y desproporcionado que tienes que evitar.
Según los expertos, la temperatura idónea durante la noche ronda los 17-18 grados, y durante el día los 20-21. Cada grado de más incrementa el consumo eléctrico un 7%. ¿No merece la pena bajar unos grados el radiador y ponerse unos calcetines o echarse una manta mientras se ve la televisión?
Colocar alfombras en el suelo y cortinas en las paredes también ayuda a conservar la temperatura en casa, ya que ambas absorben la radiación solar. Por su parte, abrir ventanas y ventilar el hogar, sobre todo si en tu fachada da el sol, ayudará a que entren los rayos de sol de la mañana.
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