En la última década, los tipos de interés han permanecido en niveles históricamente bajos en todo el mundo debido a las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales que tenían como fin paliar las continuas crisis económicas surgidas en los primeros años del siglo XXI.
Sin embargo, con la recuperación económica y el aumento de la inflación en algunos países, la mayoría de bancos centrales han dado un giro de 180º en su política monetaria, aumentando los tipos de interés. Esto plantea importantes interrogantes sobre cómo afectaría esta situación a la economía global y a las inversiones en diferentes activos. Y, sobre todo, plantea la duda de, ¿hasta cuándo subirán los tipos de interés?
En 2022, algunos bancos centrales, entre los cuales se incluyen la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE), comenzaron con su política monetaria restrictiva, aumentando los tipos de interés para enfriar la economía y en respuesta a la creciente inflación.
En Estados Unidos, los tipos de interés se encuentran en el 4,50%, el nivel más alto de los últimos 15 años. El BCE, por su parte, ha elevado los tipos hasta el 3%. En general, no hay casi ningún banco central que no haya cambiado su política monetaria en una u otra medida, a excepción del Banco de Japón, que mantiene sus tipos de interés en terreno negativo (-0,10%).
Pero, ¿seguirán subiendo los tipos de interés en el futuro? ¿Cómo plantean los bancos centrales los próximos meses? La Reserva Federal ha avanzado que el tope para los tipos estará en el 5%, un pronóstico con el que coincide el consenso de mercado. Para el BCE, sin embargo, se cree que la principal autoridad monetaria europea podrá subir los tipos hasta el 3,5%.
En cualquier caso, atendiendo a los futuros sobre tipos de interés, que el nivel de las tasas comience a descender en la segunda parte de 2023 en ambos casos. Este escenario va en línea con lo comentado en las últimas reuniones de ambas autoridades, ya que tanto Christine Lagarde como Jerome Powel han anunciado nuevas subidas de tipos para lo que resta del 2023.
A pesar de los anuncios de los bancos centrales, todas estas previsiones en torno a la evolución de los tipos de interés dependerá de qué ocurra a nivel económico. La contracción económica se da por hecha, pero el mayor riesgo es que una subida de tipos excesiva provoque un daño mucho más profundo en la economía de la zona euro.
Además, hay que tener en cuenta la evolución de la inflación. A pesar de que numerosos analistas apuntan a que la inflación ya ha tocado techo, la inflación subyacente todavía sigue siendo una incógnita, ya que incluso ha crecido en los primeros meses de 2023. Por lo que todavía no se puede dar por hecho que los precios no vayan a aumentar en los próximos trimestres.
Por todas estas razones, el aumento de los tipos de interés dependerá de la medida en la que las perspectivas económicas se consoliden o, por el contrario, cambien. En cualquier caso, si todo continúa como hasta ahora, cabe esperar que los tipos se estabilicen en la segunda mitad de año.
La zona euro tiene un problema adicional que hay que tener en cuenta: las diferentes realidades macroeconómicas de los países que la componen. Esto conlleva un enorme riesgo que ya se vivió en la crisis de deuda de 2013, de una zona monetaria a dos velocidades diferentes, la de los países más pujantes económicamente y los países periféricos.
En concreto, un problema puede ser la forma en la que se compatibilizan las elevadas tasas de inflación con las primas de riesgo. Si el BCE decide comprar deuda española, italiana o griega, estará incumpliendo el mandato de luchar contra la inflación. Si no es así, algunos países podrían acabar con serios problemas de solvencia.
Estos riesgos, en conjunto, pueden provocar un cambio de escenario en las políticas monetarias en el BCE. A pesar de la promesa de Lagarde de mantener a raya las primas de riesgo, lo cierto es que, en algunos casos, todavía se perciben ciertos desequilibrios macroeconómicos, especialmente a nivel fiscal.
En conclusión, la evolución de los tipos de interés es un tema que está en la mente de muchos inversores y economistas en estos meses. Aunque no es posible predecir con precisión hasta dónde subirán los tipos de interés, está claro que esta es una tendencia que podría tener importantes consecuencias en la economía global y en la rentabilidad de diferentes inversiones. Tanto los inversores como aquellas personas que tengan una hipoteca referenciada al euríbor deberían estar atentos a las noticias y análisis de expertos para estar preparados para cualquier cambio en este importante factor económico.
Lo que está claro es que la época de dinero gratis se ha acabado, y que esta situación va para largo. En la medida en que la inflación baje o, al menos, se mantenga, se podrá ver una estabilización e incluso un descenso en los tipos de interés o, por el contrario, una política más agresiva de los bancos centrales de todo el mundo.