Una de las partes más difíciles de comprender de la economía es la política monetaria. Estamos hartos de escuchar conceptos como inflación, deflación, estanflación…Pero… ¿Realmente sabemos lo que significan estos conceptos?
Para la mayoría de la gente, son totalmente desconocidos. Y es de eso de lo que queremos hablar hoy, de qué significan y de qué puede pasar con el valor de tu dinero en cada caso.
Y es que, lo creas o no, conocer estos conceptos es fundamental para poder proteger tus ahorros en cualquier momento.
Si no los tienes en cuenta, puede que pierdas capacidad adquisitiva o no aproveches todas las oportunidades que aparecen a tu alcance. Cada escenario es diferente y hay que comportarse de forma distinta con él. Así que sigue leyendo y entérate de cuál es la forma correcta en cada caso.
La inflación suele confundirse con la subida de precios, pero lo cierto es que eso sólo es un efecto de lo que realmente es la inflación. La inflación como tal es la devaluación de la moneda. Es decir, la pérdida de poder adquisitivo. Dicho de otro modo, que hay más moneda de la que la gente desea. La consecuencia de ello, lógicamente, es que los precios suben, porque la moneda vale menos, pero seguimos cuantificando los precios en base a ella.
Lo puedes imaginar de este modo: el valor de las cosas sigue siendo el mismo, se mantiene estable, pero el valor del dinero, baja. Como el valor que atribuimos a las cosas está referenciado en dinero, el precio de las cosas sube. Por eso es fácil que confundamos el orden de los factores y creamos que la inflación es la subida de precios, cuando sólo es el efecto.
Piénsalo de este modo: imagina que, de repente, lo que consideramos un kilo (1000 gramos) pasase a ser menos.
Por ejemplo, 500 gramos. 1 kilo = 500 gramos.
En este caso, todo lo que hasta ahora pesaba 1 kilo, pasa a pesar dos kilos, porque seguimos referenciando el peso de las cosas en kilos, pero los kilos ahora “pesan” o “valen” menos. Pero esa bolsa de patatas que antes pesaba un kilo y ahora pesa dos kilos, en realidad, sigue pesando lo mismo.
Esto es lo que sucede con la inflación. No cambia la cosa en sí, sino que cambia la vara con la que la medimos.
Ahora bien, esto tiene claras consecuencias para el patrimonio que hayas acumulado, especialmente si lo has estado acumulando en dinero (sea en forma de depósitos o de billetes). De esto, hablamos en el último apartado.
La deflación es lo opuesto a la inflación. Sucede cuando el valor del dinero aumenta y, en consecuencia, el precio de los distintos bienes que hay en la economía bajan relativamente. De nuevo, no es que el valor de los bienes cambie, sino que cambia el valor de la vara con la que los medimos.
En el caso de los kilos que mencionábamos antes, sería como si el kilo, en lugar de pasar a valer 500 gramos, pasase a valer 2000 gramos.
En ese caso, aquello que antes pesaba un kilo, ahora pasa a pesar medio kilo. Como en el caso anterior, esto sólo sucede nominalmente, porque referenciamos el peso al kilo y hemos cambiado el valor del kilo.
También como en el caso anterior, esto tiene importantes efectos en tu patrimonio, así que hay que saber cómo enfrentarse a la deflación. De ello, hablamos también en el último apartado, destinado a saber cómo comportarse en cada escenario según la situación monetaria en la que te encuentres.
La estanflación es el tipo de situación monetaria menos conocido. Y es que, en cierto sentido, no es una situación monetaria. Al fin y al cabo, sólo puede haber tres posibles situaciones monetarias: o se revaloriza el dinero, o se deprecia, o se mantiene. No hay más opciones en lo referente al valor del dinero.
Sin embargo, la estanflación sí tiene un valor a nivel macroeconómico. Sucede que es habitual que exista crecimiento económico junto con la inflación y que haya decrecimiento económico con la deflación.
Es lógico: puesto que los bienes y servicios se referencian al dinero, si el valor del dinero baja y suben los precios, el PIB tiende a subir. Y viceversa con la inflación.
Pero esto no siempre sucede. Hemos conocido casos en los que ha habido deflación y crecimiento económico y en los que ha habido inflación y decrecimiento económico.
El primer caso es el mejor de los mundos posibles, mientras que el segundo es el peor de los mundos posibles. El primero implica aumento de la capacidad adquisitiva en un entorno de crecimiento; el segundo implica lo contrario.
Lo que sucede con tu dinero en el caso de la inflación es que pierde valor, por lo que no te interesa ahorrar en dinero. En el caso de la deflación, sucede lo contrario. En el caso de la estanflación, como es un tipo de inflación, sucede lo mismo que con ésta (tu dinero se deprecia).
Bueno, con inflación o estanflación, te interesa comprar activos con tu dinero. Te interesa, incluso, endeudarte, porque la deuda será menor a futuro (si se mantiene la inflación).
En el caso de la deflación, te conviene desinvertir o reinvertir en activos que aporten más retornos que la revalorización que está teniendo el dinero (y no te conviene endeudarte, aunque sí prestar dinero).
Y ya con esto acabamos…
Como has podido comprobar, el valor de tu dinero puede verse muy afectado por las diferentes decisiones políticas que se tomen en política monetaria. Y no siempre de la misma forma.
Es por ello que debes conocer el significado de cada uno de esos conceptos y políticas y actuar en consecuencia para proteger tu patrimonio. A fin de cuentas, nadie lo va a hacer por ti.
