Los préstamos entre particulares son una opción más de financiación que puedes tener en cuenta cuando pases un apuro económico y necesites dinero. En la cultura asiática son muy habituales. No tanto en occidente, aunque en los últimos años se han vuelto más populares debido a las dificultades para obtener financiación por la vía bancaria.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí] En este artículo explicaremos qué son exactamente los préstamos entre particulares, cómo funcionan, cuál puede ser su tipo de interés, cómo se regulan y, lo más importante de todo, por qué pueden llegar a ser muy peligrosos para el deudor.
Como su propio nombre indica, un préstamo entre particulares no es más que un préstamo que se produce entre personas físicas, sin la intervención de ninguna entidad financiera convencional, como podría ser un banco. El que presta el dinero puede ser un amigo, un familiar o un tercero que no conocemos de nada.La mecánica de este tipo de préstamos es muy similar a la de un préstamo convencional: un acreedor presta cierta cantidad de dinero a un deudor y este último se compromete a devolverlo, junto con sus correspondientes intereses, en un periodo de plazo determinado.
El tipo de interés que se aplique al préstamo puede ser muy reducido (e incluso nulo) si es un amigo o un familiar el que nos presta el dinero. Por el contrario, si el acreedor es un tercero, los intereses que exigirá seguramente serán muy superiores a los que podemos encontrar en el mercado bancario. En este último caso es posible que también nos pida un aval, que si se trata de un préstamo hipotecario será la vivienda.Por otra parte, el plazo de devolución de estos préstamos no suele ser tan prolongado como el que nos podría conceder una entidad financiera tradicional, por lo que su devolución podría volverse más complicada.
Vaya por delante que los préstamos entre particulares son cien por cien legales y han existido desde los orígenes de la civilización. Siempre ha habido personas acaudaladas que, a cambio de un interés o comisión, le han prestado dinero a otras que lo necesitaban.En la actualidad, si el préstamo es personal se encuentra regulado por la Ley 16/2011 de 24 de junio, mientras que si se trata de un préstamo particular con garantía hipotecaria hay que recurrir a la Ley 2/2009 de 31 de marzo.Ya se trate de un préstamo personal o de un préstamo hipotecario, lo ideal es que el acuerdo se eleve a público, es decir, que lo firmemos ante un notario. Esta es la mejor garantía para que ambas partes puedan cubrirse las espaldas si en el futuro surgiese algún problema.En resumen, estamos ante un préstamo con un alto coste económico y cuyo plazo de devolución es más reducido. Además, no se encuentra avalado por el Banco de España, por lo que el riesgo para el deudor es aún mayor.Nuestro consejo es que antes de firmarlo tengas muy claras todas las condiciones que aparecen en el contrato, así como las obligaciones que surgirán como consecuencia del mismo.Si necesitas una ayudita extra, en Vivus podemos ofrecerte un préstamo rápido de hasta 1.000 euros (300 si es la primera vez que lo solicitas) para poder hacer frente a cualquier imprevisto que te pueda surgir. Es muy sencillo y solo te tomará diez minutos. ¡Apenas hay papeleo!