Si como buen español tienes contratada una hipoteca, lo más probable es que en alguna ocasión hayas oído hablar del concepto de carencia de capital. En este artículo te explicaremos qué es, cómo funciona y resolveremos las dudas más habituales al respecto.Pero antes de entrar en detalle, empecemos por lo básico: la composición de la cuota que cada mes pagamos por nuestra hipoteca. Esta cuota tiene dos componentes: la amortización de capital, que es la devolución del dinero prestado por el banco; y el pago de intereses, que es el coste de recibir prestado ese dinero.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí] Por ejemplo, si tenemos una cuota hipotecaria de 400 euros mensuales, dependiendo del tipo de interés de la hipoteca, podría darse el caso de que 320 euros correspondiesen a la amortización de capital y 80 euros al pago de intereses.
La carencia de capital es una solución adecuada a la que las personas con hipoteca pueden acogerse en momentos puntuales, cuando sufran problemas económicos.Consiste en un período de tiempo durante el cual no se amortiza capital y solo se pagan intereses. Como consecuencia, la cuota hipotecaria se reduce notablemente y el hipotecado recibe una buena dosis de oxígeno.En nuestro ejemplo, pasaría de pagar 400 euros al mes a pagar solo 80. Pero como te puedes imaginar, no todo son ventajas
La carencia de capital presenta una serie de inconvenientes que es importante conocer de antemano, antes de solicitarla. El más importante de todos es que la carencia incrementa el coste total de la hipoteca, ya que ese capital que de forma temporal no amortizamos, sigue generando intereses.Volviendo a nuestro ejemplo, si solicitásemos un periodo de carencia de capital de 2 años, los 320 euros mensuales que dejamos de pagar temporalmente seguirán generando intereses durante ese tiempo. Como consecuencia, al terminar la carencia, nuestra cuota mensual aumentará, ya que el capital a amortizar sigue siendo el mismo que dos años atrás, pero ahora disponemos de menos tiempo (2 años menos).El segundo inconveniente es que para solicitar un periodo de carencia previamente hay que negociar con el banco y, una vez aprobada la carencia, hay que hacer una novación hipotecaria, es decir, una modificación en los términos del contrato del préstamo. Y como imaginas, este trámite no suele ser gratuito, sino que puede implicar algún tipo de gasto.
Como ocurre con todas las preguntas complicadas, la respuesta es “depende”. La carencia de capital es una solución temporal de urgencia que solo debemos utilizar cuando no existan otras alternativas, ya que provoca un encarecimiento de la hipoteca.No obstante, si tu situación financiera es realmente grave y estás teniendo serios problemas para devolver tu hipoteca, es preferible la carencia al impago. Este último puede derivar en problemas mucho más graves, como el embargo y la pérdida de tu vivienda.Si necesitas una ayudita extra, en Vivus podemos ofrecerte un préstamo online de hasta 1.000 euros (300 si es la primera vez que lo solicitas) para poder hacer frente a cualquier imprevisto que te pueda surgir. Es muy sencillo y solo te tomará diez minutos. ¡Apenas hay papeleo!