Los productos estructurados son un tipo de instrumento financiero que ha ganado en popularidad, especialmente entre los gestores de carteras. Pero, al mismo tiempo, son grandes desconocidos para el público en general, al menos dentro del rango de productos financieros ofertados por las entidades.
Según la propia definición de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), un producto estructurado es la unión de dos o más productos financieros en una única estructura. Normalmente, lo más normal es que un producto de renta fija se combine con productos derivados con el fin de que actúen como cobertura de divisa o equivalente.
En general, este tipo de productos son complejos y cuentan con un elevado riesgo para los inversores, especialmente los menos experimentados.
Un ejemplo de bono estructurado Repsol-Telefónica, cuyo rendimiento está condicionado a la evolución de las acciones de ambas compañías. Su vencimiento se establece en la fecha de observación, a 28 de octubre de cada año, y su renovación depende de diferentes aspectos:
➢ Durante el primer año, si el peor de los dos activos está por encima del valor inicial, el producto paga un cupón del 10% y continúa un ejercicio más.
➢ El segundo año, si el valor más negativo delos dos se encuentra más del 100% de su montante original, el producto abona un cupón del 10% y se cancela, devolviendo el capital primigenio.
➢ El tercer año, si el valor más débil se encuentra por debajo del 60% de su importe de salida, el estructurado da el cupón y continúa un año adicional más.
Como ves, las combinaciones son infinitas,dependiendo de la evolución del subyacente.
Como hemos visto, un producto estructurado consiste en la combinación de uno o más productos simples que actúan bajo un único instrumento, que forma una estructura invisible y única:
➢ Por un lado, un producto de renta fija.
➢ Por otro lado, un producto derivado, cuya rentabilidad está condicionada por su activo subyacente, que puede ser una acción, un ETF o cualquier otro activo. Por ejemplo, si el subyacente es una acción, la evolución del rendimiento del derivado y, en consecuencia, también del producto estructurado, estará vinculada a esa rentabilidad/riesgo.
Atendiendo al nivel de riesgo observado a vencimiento, se pueden distinguir entre diferentes tipos de productos estructurados:
➢ Con garantía de capital a vencimiento, que son los que devuelven el 100% del capital invertido a vencimiento. Este es el caso de los depósitos estructurados, que garantizan la totalidad del capital del inversor por el Fondo de Garantía de Depósitos y están regulados por el Banco de España.
➢ Con riesgo, que no tienen garantía de devolución de capital a vencimiento. En esta categoría se encuentran los contratos financieros. Están regulados por la CNMV.
Atendiendo al formato del producto, se puede distinguir entre:
➢ Depósitos estructurados, con garantía de devolución a vencimiento.
➢ Fondos de inversión, con o sin garantía de devolución a vencimiento.
➢ Notas o bonos estructurados con o sin garantía de devolución a vencimiento.
➢ Contratos financieros, con riesgo de capital a vencimiento.
Existen diferentes ventajas que hacen interesante la inversión en productos estructurados:
➢ Personalización de la inversión: al igual que ocurre con otros productos financieros, los productos estructurados se pueden diseñar a medida del inversor en función de su tolerancia al riesgo.
➢ Reduce la volatilidad de la cartera, ya que puede jugar con las subidas del subyacente y, al mismo tiempo, proteger la alta volatilidad del subyacente.
➢ Dado que los productos estructurados se pueden diseñar con una combinación infinita de activos, la diversificación es también infinita, por el hecho de que cualquier activo está al alcance del inversor: Desde las materias primas tradicionales hasta las divisas más exóticas, pasando por el amplio abanico de acciones que existen.
➢ Beneficiarse de cualquier sentido del mercado, tanto de las subidas como de las bajadas. Los derivados permiten, precisamente, invertir en cualquier tendencia. Así, tanto si el mercado sube como si este baja, podrás beneficiarte de rentabilidades interesantes.
La principal ventaja de los productos estructurados, especialmente de aquellos que no tienen garantía a vencimiento,es su riesgo. Esto ocurre con algunos fondos de inversión de renta variable,a los que el riesgo implícito del propio producto se le añade la volatilidad que puede tener el derivado.
Pero, además, los productos estructurados pueden tener una baja liquidez, ya que es necesario esperar hasta el vencimiento del subyacente para poder recuperar la inversión. En ocasiones, existe un mercado secundario donde se puede vender, pero acarrea un riesgo de pérdida de la inversión si este se vende por debajo del precio de adquisición. Algunas entidades permiten a sus clientes cerrar la operación antes del vencimiento, aunque en este caso suelen cobrar un coste adicional.
Además, en algunos casos, las condiciones para la recuperación del capital o el pago del cupón son complejas y no están pensadas para todos los inversores.
La respuesta es depende. En el caso de los depósitos estructurados, al estar cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos, el capital está asegurado hasta 100.000 € por titular y entidad, de manera que no existe tanto riesgo, y se puede obtener un rendimiento adicional a vencimiento.
Sin embargo, en otros casos, los productos estructurados tienen un riesgo que hay que tener en cuenta, y que no siempre aseguran el capital, especialmente para aquellas personas que están comenzando a invertir. Por esta razón, es importante plantearse primero si el producto se adecúa al perfil de riesgo del inversor y, después, plantearse otras alternativas.
Sea como fuere, los productos estructurados han ganado cierta popularidad en los últimos años gracias a su versatilidad y a sus ventajas. Pero no están pensados para todo el mundo, por lo que conviene revisar antes si se ajusta a tu perfil de riesgo.