Por huir de España. ¡No! Es broma. Bueno, hay parte de verdad. Pero digamos que quieres llevar adelante tu negocio en España. ¿Qué deberías hacer? Porque hacer realidad una idea de negocio no es fácil, ni en España ni en ningún país. Es por ello que, en el artículo de hoy, vamos a tratar de echarte una mano explicándote por dónde deberías empezar para hacer realidad tu idea de negocio.
Como podrás comprobar, tienes que sortear una serie de pasos para que el proyecto sea exitoso. Tirarse a la piscina con la primera idea que se te ocurra, por muy motivado que estés, puede conducirte al desastre. Pero no te entretengo más. Vamos, directamente, a ver cuáles son esos pasos que debes seguir para poner en práctica tu idea de negocio de forma exitosa.
Lo primero que tienes que hacer si quieres convertir tu idea en un negocio de verdad es definir bien esa idea. Y, sí, ya sé que crees que tu idea está definida, pero no lo está. Siempre que hablo con alguien que tiene una idea de negocio, todo lo que puede decirme son cuatro vaguedades sobre lo que pretende hacer. Si hago preguntas inquisitoriales, se inventa las respuestas sobre la marcha con lo primero que le parece que tiene sentido.
Esta no es una buena forma de plantear la creación de un negocio. Ni tan siquiera en sus etapas iniciales. Tienes que definir bien la idea, y eso implica poder responder a cualquier pregunta inquisitorial que cualquier persona te haga. Tienes que tener claro quién comprará tu producto o servicio, por qué, cuánto está dispuesto a pagar, cómo lo vas a producir, cualquier tema logístico… ¡Todo debe estar perfectamente claro!
Ahora, definir una idea de negocio no es algo fácil, ¿eh? Es poco probable que puedas hacerlo por ti mismo y sin ayuda de nadie. Por ello, es recomendable acudir a amigos, conocidos y desconocidos para que te den su feedback. Plantéales tu idea, que te ayuden a pulirla, que te digan si comprarían o no, qué deberías cambiar para que tu oferta les resulte más atractiva, etc.
Eso sí, no dejes que nadie te haga dudar. Un problema muy habitual de los emprendedores, especialmente los noveles, es que se dejan influir por las opiniones negativas. Si preguntas, siempre habrá alguien que te diga que tu proyecto no vale nada y que no puede funcionar. A ese tipo de gente debes ignorarla por completo, porque, aunque puede que tengan razón, no lo dicen porque sepan que la tienen, sino porque no quieren ver a otros lograr grandes cosas.
Tienes que estar preparado para que tu proyecto no funcione, pero pensar que va a triunfar. Compatibilizar ambas cosas puede ser un poco difícil en un primer momento, pero te aseguro que es la única forma de enfrentarse correctamente a cualquier emprendimiento. Si crees que no puedes fracasar, la realidad puede darte una gran bofetada y no recuperarte. Si crees que no vas a triunfar, directamente no lo intentarás.
El siguiente paso, una vez tengas bien definido el negocio en tu cabeza, es lanzar un prototipo. ¿Prototipo de qué? Bueno, del producto o del servicio que vayas a ofrecer. Lo importante aquí es que sea una versión mínima de dicho producto o servicio (lo que se conoce como producto mínimo viable). Así, tu inversión será poca y podrás obtener suficiente información sobre qué tal funciona tu producto en el mercado.
A partir de ese momento, llegará el momento de pivotar hasta dar con el encaje adecuado de tu producto en el mercado. Me explico: Quizá quieras ofrecer una herramienta para gestionar el tema fiscal de las empresas y ofrezcas ese producto mínimo viable, pero tus clientes empiecen a pedirte desarrollos de contabilidad o de integración con otras herramientas y plataformas. Utiliza ese feedback para pivotar y encontrar el producto más útil para la gente.
Una vez hayas conseguido un producto que tenga un buen encaje en el mercado, es el momento de empezar a desarrollar y añadir funcionalidades, llevándolo tan lejos como desees (y puedas). Nunca sabes qué nuevas opciones puedes añadir que puedan resultar útiles a tus usuarios. Escúchales y mejora tu producto. De este modo, cada vez habrá más gente interesada. Y, por supuesto, añade opciones motu proprio siempre que creas que son útiles.
Por otro lado, también tendrás que mejorar el propio modelo de negocio. Quizá empieces cobrando una suscripción mensual por toda la herramienta, pero… ¿Y si resulta que es mejor permitir que el usuario pague sólo por aquellos módulos que utiliza? Quizá le interesa el aspecto fiscal, pero no la parte de la contabilidad. Además, tendrás que pensar cómo reducir gastos, mejorar la promoción, etc… ¡En este punto lo que debes hacer es optimizar el negocio!
Por último, tendrás que tener cuidado con los temas legales y fiscales. Es fundamental que lo lleves todo a rajatabla para que no se te echen encima desde Hacienda o desde cualquier otra parte de la Administración. Es sorprendente cuán molesta puede llegar a ser la Administración para un negocio, un emprendedor o un autónomo. Así que conviene llevarlo todo bien para no meterse en problemas.
Esto, al principio, puede que no sea muy importante, porque no estarás ganando mucho dinero y estará todo en fase de desarrollo. Pero, con el paso del tiempo, será fundamental. Por ello, asegúrate de contar con buenos gestores que te ayuden con todo el tema legal y fiscal. Así te evitarás problemas.
Como puedes ver, hacer realidad una idea de negocio no es tan difícil como podría parecer en un primer momento, aunque tampoco es llegar y besar el santo. Tienes que seguir los pasos que hemos comentado, así validarás tu idea y tendrás todo preparado para tener éxito… ¡O al menos para no fracasar antes siquiera de poner en marcha el proyecto!