Los préstamos rápidos se han convertido en uno de los instrumentos de financiación más populares en los últimos años. A pesar de que están cada vez más extendidos, son muchas las preguntas que los rodean. Por eso, a continuación, te aclaramos todo lo que quisiste saber y nunca te atreviste a preguntar sobre los préstamos rápidos.
Los préstamos rápidos permiten disponer del dinero en unas pocas horas y, en algunos casos, en minutos. Esta opción se justifica por el hecho de que, al ser una operativa 100% online, no exige papeleos ni grandes trámites, y el estudio de solvencia se realiza de manera inmediata. Toda esta operativa facilita mucho las cosas para quien necesita el dinero.
A diferencia de los préstamos bancarios tradicionales, los requisitos exigidos por las entidades que ofrecen préstamos rápidos son bastante más básicos. En general, esto varía de una entidad a otra, pero normalmente se resumen en los siguientes:
Una de las principales características de los préstamos rápidos es que la cuantía que ofrecen es inferior a la de otros préstamos, especialmente los bancarios. Las cantidades ofrecidas no suelen superar los 1.000 € en el mejor de los casos, y el plazo de devolución es, como mucho, de 30 días.
El motivo es que este tipo de préstamos están pensados para hacer frente a imprevistos cotidianos, como una avería, la cuesta de enero o una factura de la luz por importe mayor de lo esperado.
La TAE (acrónimo de Tasa Anual Equivalente) es un indicador que incluye en el precio final del préstamo, todos los intereses y comisiones aplicables, además del propio tipo de interés nominal (TIN). Este indicador es muy importante para tener una idea más clara de qué tan conveniente es un préstamo y sirve para efectuar comparaciones con otros préstamos similares.
El tipo de interés y los honorarios de un préstamo rápido varían de una entidad a otra, además de la cantidad de dinero solicitada y del plazo de devolución. Sin embargo, en la mayoría de casos, llama la atención la TAE tan elevada que supone la contratación de este tipo de servicios, sobre todo si se compara con otros productos financieros similares.
En realidad, la TAE es un requisito legal que impone el Banco de España, pero no siempre es un indicador apropiado para determinar el coste efectivo de los préstamos rápidos. El motivo no es otro que su duración, que generalmente es de entre uno o dos meses, por lo que estas tasas anuales son sencillamente irrelevantes.
En la mayoría de casos, las entidades permiten ampliar la cantidad del préstamo una vez concedido. No obstante, algunas entidades, como Vivus, permiten aumentar el límite de crédito de sus clientes conforme a medida que van devolviendo nuevos préstamos.
Existen numerosas entidades que ofrecen préstamos rápidos, incluso si el solicitante figura en un fichero de morosos como ASNEF. No obstante, en muchos casos, es posible que debas cumplir con ciertas condiciones como que tu deuda no sobrepase los 2000 € o que no tengas compromisos con otras empresas de crédito o bancos.
Las entidades que ofrecen préstamos rápidos no piden al usuario que justifique el destino de los fondos de su préstamo rápido. Las necesidades de cada persona son diferentes, y por eso también sus objetivos a la hora de solicitar un préstamo rápido.
No obstante, en la mayoría de los casos, se recomienda su uso para salvar periodos transitorios de problemas de liquidez, debido a sus cortos plazos de amortización y de sus cuantías, que generalmente son más reducidas que en otros productos similares.
Si tienes próxima la fecha de devolución, pero prevés que no vas a poder devolver tu préstamo rápido, la mayoría de entidades permiten ampliar el plazo a través de las extensiones. Esta posibilidad permite ampliar el periodo por una pequeña cantidad de dinero.
Las extensiones se pueden contratar ampliando el vencimiento del préstamo, pero generalmente suelen ser de 7, 14 o 30 días.
Dado que los plazos de devolución son muy cortos, y teniendo en cuenta que los préstamos rápidos tienden a simplificar y agilizar todo el proceso, este tipo de productos no suelen exigir ningún tipo de aval ni garantía para su concesión.