Hasta que regularices tu situación para amortizar el préstamo puedes realizar todos los aplazamientos que quieras hasta un máximo de 240 días.
La ventaja más importante que obtienes al contratar un aplazamiento en el pago de tu préstamo, es que no incurres en demoras y penalizaciones por retrasarte en el pago de tu préstamo rápido. De este modo, alargas la fecha de devolución de tu préstamo y evitas tener que pagar penalizaciones que te costarán más caras.
Recuerda además, que tu historial de pagos con una entidad influye (y mucho) a la hora de volver a obtener financiación en un futuro.