La RAE asocia el término bancarrota con quiebra comercial, ruina económica, desastre y hundimiento. Nadie quiere ver a su empresa en esta situación. Sin embargo, algunos empresarios comenten errores que inevitablemente conducen a sus negocios hacia el precipicio.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí] Si no quieres verte en ese espejo, toma nota: estos son los cuatro errores que podrían llevar tu empresa a la bancarrota. Evítalos a toda costa.
Muchos emprendedores, sobre todo los que lo hacen por primera vez, se dejan llevar más por impulsos y ganas de hacer bien las cosas que por la razón y el sentido común. Uno de los errores más repetidos en los negocios que acaban arruinados es que su fundador no tenía los pies en la tierra.A veces este problema se entremezcla con ombliguismo: el emprendedor solo se fija en su propio ombligo y trata de reflejarlo en su obra. En otras palabras, no tiene en cuenta las necesidades de sus posibles clientes, sino las suyas propias.
Si ya de por sí resulta complicado mantener en forma las finanzas personales de cualquier familia, si además se mezclan con las finanzas de un negocio el resultado solo puede ser desastroso. A nivel financiero tu negocio debe ser una entidad única y tú o tu familia otra totalmente diferente. Para evitar confusiones entre uno y otro deberías usar cuentas corrientes separadas. Nos atreveríamos a decir que incluso en bancos diferentes.Por otra parte, lo mejor que puedes hacer es asignarte un salario y aprender a manejarte con él a nivel personal. Puedes imaginarte que trabajas por cuenta ajena, con la diferencia de que la persona que te contrata y te paga eres tú mismo.
En una economía familiar los ingresos y los gastos son fáciles de gestionar. Siempre cobras el mismo día y más o menos tienes el control sobre el día que cobrarán la hipoteca, los seguros, la electricidad… o sobre cuánto gastarás al mes en el supermercado o en combustible.En los negocios es fácil perder el control del dinero si no mantienes un control exhaustivo del flujo de efectivo. Los gastos varían de un mes a otro, los ingresos no son estables, los pagos de los clientes son son puntuales, cobras un IVA que luego tienes que devolver, retenciones de IRPF… Debes poner en orden esos números antes de que sea demasiado tarde.
El crédito es una buena herramienta si se usa de la forma correcta y no se abusa de él. Solemos referirnos a la deuda buena como aquella que se utiliza para invertir y que permite avanzar y generar ingresos. El problema es que hay que tener muy bien amueblada la cabeza para saber utilizarla.Si quieres empezar un negocio de cero, el consejo que te damos es que la evites. Como alternativa, busca negocios que no necesiten un gran capital para empezar a rodar. En el caso de que ya tengas tu negocio montado, no te endeudes si no estás completamente seguro de que tienes los pies en la tierra y de que gestionas correctamente tanto tus finanzas personales como las de tu empresa.Si consigues no cometer ninguno de estos errores con tu negocio, la bancarrota solo será una pesadilla lejana. Si necesitas una ayudita extra, en Vivus podemos ofrecerte un préstamo rápido de hasta 1.000 euros (300 si es la primera vez que lo solicitas) para poder hacer frente a cualquier imprevisto que te pueda surgir. Es muy sencillo y solo te tomará diez minutos. ¡Apenas hay papeleo!