La revolución digital está suponiendo un replanteamiento de todos los sectores. Los cambios se producen con mayor rapidez que en las demás fases de la historia y se premia más que nunca la capacidad de adaptación. De forma paralela, la economía colaborativa se abre paso y cada vez son más los agentes económicos que reivindican con su ejemplo una producción más vinculada a los componentes sociales.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí] Para muchos, la economía colaborativa debe ser la base del desarrollo europeo. Consideran que las dinámicas circulares, ágiles y más horizontales son propicias para dar respuesta a los retos que nos está deparando el siglo XXI. Pero de lo que no hay duda es de que, en mayor o menor medida dependiendo del ámbito, la economía colaborativa ya está aquí. Debido a ello, en las instituciones comunitarias se están planteando ya los mejores modos de involucrar a la sociedad civil, las nuevas tecnologías y las demandas sociales en los mecanismos gubernamentales.
Las iniciativas que conocemos pretenden, como no podía ser de otro modo, hacer converger las cuestiones sobre economía colaborativa e innovaciones digitales con el debate sobre cambio climático. Porque, ¿cómo de serias pueden ser las medidas sobre economía si no van aparejadas de planes sobre cómo abordar las urgentes crisis ecológicas? Y en general, la manera de relacionarse con el medio ambiente y con las personas que lo habitan es quizás la pregunta fundamental para toda propuesta económica.En este sentido, el Comité Económico y Social Europeo, la fundación Global Hub for the Common Good y el Foro de Nueva Economía e Innovación Social han organizado una primera reunión exploratoria en Bruselas titulada “Nuevos modelos económicos e innovación social: una oportunidad para una Europa mejor” con algunos representantes de los sectores de la economía colaborativa en Europa.Con vistas a regular e impulsar los distintos temas y sectores de economía colaborativa y social, los actos continuarán en nuestro país (Málaga, del 19 al 22 de abril). Portavoces de instituciones, organizaciones sociales y empresas buscarán asentar los fundamentos para una economía más justa en el plano social, sostenible y colaborativa.
Lo cierto es que este tema da para reflexionar mucho y en muy variadas direcciones: economía, tecnología y ecología, entre otras. Las decisiones sociales y políticas suponen la apuesta por unas tecnologías u otras y por un determinado uso de ellas. En último término los debates han de girar respecto a las preguntas clave: qué producir, cómo financiarse, cómo adaptarse a las demandas sociales y qué relación tener con el entorno. Quizá sea el momento de replantearse si las instituciones europeas apuestan de verdad por los valores de la economía colaborativa.¿Tú crees que la economía colaborativa llegará para quedarse? ¿Será para bien? Cuéntanos tu opinión.Si necesitas una ayudita extra, en Vivus podemos ofrecerte un préstamo rápido de hasta 1.000 euros (300 si es la primera vez que lo solicitas) para poder hacer frente a cualquier imprevisto que te pueda surgir. Es muy sencillo y solo te tomará diez minutos. ¡Apenas hay papeleo!