Si 2015 fue el año del despegue del pago con el móvil, 2016 fue el año de su consolidación. La cartera llena de tarjetas de débito y crédito y el monedero con dinero en efectivo para pasar el día tienen los días contados. El teléfono móvil se ha convertido en el dispositivo electrónico de mayor uso. ¿Por qué no usarlo también para realizar todos nuestros pagos de manera fácil, cómoda y rápida?
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Los expertos coinciden en señalar que la fórmula más extendida en el pago con el móvil será mediante NFC (Near Field Communication), una tecnología que permite transmitir información entre dispositivos próximos entre sí, hasta diez centímetros, de forma inalámbrica.
El respaldo de compañías como Apple (con Apple Pay), Samsung (con Samsung Wallet) o Google (con Google Wallet), además del de grandes entidades financieras como Santander, BBVA, La Caixa o Visa, por citar sólo algunas, confirma que el NFC no es sólo el futuro, sino también el presente.
El funcionamiento del pago a través de esta tecnología es extraordinariamente sencillo: el vendedor registra la compra de manera normal, sólo que a la hora de pagar… ¡Adiós dinero! Basta con acercar el móvil al lector para que automáticamente se abra una aplicación digital que nos permitirá escoger tarjeta y efectuar el pago.
La operación se valida mediante huella dactilar o introduciendo una contraseña. A partir de ahí, es el propio teléfono el que envía al datáfono el código necesario para poder ejecutar la transacción y el mismo datáfono transmite al banco la señal para hacer el cargo en la cuenta de crédito.
Para poder realizar compras a través del móvil lo único que necesitamos es un teléfono móvil con tecnología NFC, una nueva tarjeta SIM compatible con dicha tecnología, una tarjeta bancaria descargada en la SIM de nuestro teléfono móvil y una aplicación de cartera NFC. Mientras tanto, los comercios sólo requieren que el terminal punto de venta (TPV/datafono) disponga de la tecnología contactless para poder comunicarse con el móvil mediante NFC.
Sin duda, la parte negativa del pago con el móvil surge cuando hablamos de su seguridad. Los teléfonos móviles almacenan una cantidad de información personal enorme , por lo que su pérdida o robo puede convertirse en una catástrofe gigantesca. Si además convertirnos nuestro teléfono en una tarjeta de crédito, la pérdida del mismo será aún más preocupante. Por no hablar de que como todo lo digital, estos sistemas están en el punto de mira de los hackers.
De cualquiera de las maneras, va a resultar imposible detener el avance de esta revolucionaria forma de pago, por lo que sólo podemos preguntarte: ¿estás preparado para decir adiós al dinero en efectivo y a las tarjetas y darle la bienvenida al pago con el móvil?
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