La sanidad, la educación, la seguridad o la justicia son servicios públicos que aparentemente no tienen coste. Sin embargo, la realidad es bien distinta. La riqueza no se genera sola y el dinero para pagar estas cosas necesariamente ha de salir de algún sitio. ¿Adivinas de dónde? ¡Bingo! Hacienda.[¿Necesitas una ayuda este mes? Solicita tu préstamo aquí] Quizás nunca te hayas parado a pensar en la carga impositiva que como contribuyente soportas durante todo el año. Un porcentaje muy importante de los ingresos que generas con tu trabajo no se quedan en tu cuenta corriente, sino que van a parar a las arcas de Hacienda en forma de impuestos.El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) son los más relevantes, pero no los únicos. También hacemos frente al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, a impuestos sobre hidrocarburos, impuestos sobre bebidas alcohólicas y un larguísimo etcétera.
El pasado 27 de junio fue el Día de la Liberación Fiscal, lo cual quiere decir que en 2018 el contribuyente medio dedicó 177 días de su salario a pagar impuestos. Esta cifra coincide con la de 2017 y es dos días menor que la de 2016. En esta gráfica del Think Tank Civismo, organismo encargado de elaborar el informe, se observa cómo ha evolucionado esta cifra desde 2002:
Lo que se hace para estimar cuánto pagamos de media es sumar todos los impuestos. Si hacemos un desglose por días e impuestos, el resultado sería el siguiente:
Si hiciésemos este cálculo en años de trabajo nos encontraríamos con que un contribuyente tipo con un solo hijo pagaría a lo largo de su vida laboral algo más de 455.000 euros en impuestos. Suponiendo que viva hasta los 83 años, esta cifra se acercaría a los 600.000 euros, lo equivalente a 27 años completos de ingresos.Hay que reconocer que las cifras dan bastante miedo, ¿verdad?
El informe detalla también cuál es la cuña fiscal sobre el trabajo en nuestro país, es decir, cuál es el peso real de los impuestos al trabajo, incluyendo renta y cotizaciones sociales. En 2018 esta cuña fue del 39,6%, lo que significa que por cada cien euros que paga la empresa, 39,6 se destinan al pago de IRPF y de Seguridad Social, por lo que al trabajador solo le llegan 60,4 euros.Solo 14 de los 34 países desarrollados que integran la OCDE tienen una cuña fiscal más alta que la de España. Bélgica (55,31%), Austria (49,51%) y Alemania (49,44%) son algunos de ellos. Por el contrario, países como Japón (32,22%), Estados Unidos (31,66%) o Suiza (22,22%) se encuentran en el lado contrario de la balanza.¿Necesitas una ayuda extra? En Vivus tenemos nuestros créditos rapidos con los que te ofrecemos hasta 1.000 euros (300 si es la primera vez que lo solicitas) para que hagas frente a cualquier imprevisto de forma sencilla. ¡En 10 minuto y sin apenas papeleo!