¿Sabes para qué sirven las fases de una startup? Todas las startups pasan, desde su nacimiento, por una serie de fases que definen todo su desarrollo. En cada una de ellas, sus características, sus necesidades y sus objetivos cambian de manera significativa de una etapa a otra.En general, existen cinco fases muy diferenciadas que van desde su concepción hasta su venta, en caso de que se produzca, y una fase opcional por la que pasan algunas empresas. Entre medias, hay un camino muy largo e intenso que, según cómo se enfoque, puede ser más o menos complicado.
La primera etapa es la propia concepción de la startup. En esta fase, la empresa todavía es un proyecto; ni siquiera ha nacido, la idea se encuentra aún sin desarrollar y tampoco existe un modelo de negocio validado. Se está dando forma a la idea y se intenta convencer a todos aquellos que quieran subirse al barco.Es el momento de elegir al equipo de trabajo que formará la empresa y la forma en la que se financiará el negocio. En algunos países, como los anglosajones, se apuesta mucho por modelos de captación de recursos como el FFF (Family, Friends and Fools).En España, la fase pre-semilla es la etapa en la cual muchos emprendedores recurren a las aceleradoras o incubadoras de startups, un tipo de plataforma que ayuda a los emprendedores en etapas tempranas, ofreciéndoles incentivos económicos y experiencia profesional.
Se trata de las fases de una startup más importante dentro del ciclo de desarrollo de una startup. Es el momento en el que el proyecto se hace realidad, y tiene como objetivo validar el modelo de negocio, su viabilidad y su rentabilidad a través de un estudio de mercado.También es importante que el producto o servicio obtenga la validación por parte de los clientes potenciales de la empresa, intentando identificar quién es, cuáles son sus gustos, sus necesidades y sus intereses. Para ello, puede ser recomendable trabajar en la idea con la ayuda de mentores y profesionales que puedan ayudar a encaminar al equipo en el rumbo adecuado.Un elemento fundamental de esta etapa es saber cómo obtener la financiación necesaria para poner en marcha el negocio. Con la idea ya madurada, el modelo de negocio definido y el público potencial ya encaminado, es más sencillo obtener financiación y capital a través de entidades bancarias, business angels, aceleradoras de startups o sociedades de capital riesgo.
En esta fase, la empresa ya está constituida legalmente, ya ha comenzado su actividad, y los clientes ya están comprando a la empresa. Ya no importan únicamente las etapas iniciales del negocio; hay que pensar en cómo se va a crecer, si son necesarias o no nuevas contrataciones para el equipo y si las estrategias de marketing actuales son realmente eficientes.Desarrollar el producto basándose en el feedback del cliente es fundamental en esta etapa, además de detectar cuáles son las características y funcionalidades más importantes y las primeras relaciones o acuerdos comerciales de cara al futuro.No obstante, hay que seguir captando potenciales inversores de cara a este futuro crecimiento. Aunque los fondos actuales hayan sido útiles para garantizar la viabilidad de la startup, su estructura tiene que ser aún más sólida para que su crecimiento sea realmente estable.
Si la empresa ha logrado sobrevivir, lo más probable es que se encuentre en una etapa de crecimiento del negocio. Los clientes son recurrentes, el producto es lo suficientemente robusto y la estrategia de crecimiento está definida y aprobada. Por eso, la startup debe focalizarse en aumentar tanto los beneficios como el número de clientes.Todo ello sin dejar de lado el servicio que se presta en la actualidad y la masa de clientes que la empresa puede tener. Por esta razón, la etapa de crecimiento es una fase en la que la contratación de personal y la ampliación de los espacios físicos es una constante diaria.En esta fase, el flujo de caja es uno de los elementos más importantes, en los que los inversores se fijarán para apostar por nuestra empresa.
La última etapa es la más ambiciosa, y por la que muy pocas empresas apuestan. Es la etapa en la que la empresa se expande y busca nuevos mercados, nichos o lugares que generalmente se encuentran fuera de sus fronteras nacionales.En esta fase de expansión se asumen numerosos riesgos, el primero de los cuales es dónde vender los productos. Hay que tener en cuenta que el mundo es muy grande, y los potenciales clientes de otras áreas geográficas pueden tener una cultura, unos intereses y unos gustos muy diferentes a los nuestros que haga que el producto no triunfe. Por eso, es importante llegar a acuerdos puntuales con empresas o personas instaladas en los diferentes países donde vayamos a operar.La financiación continúa siendo importante, más si cabe si se acometen inversiones para internacionalizar la startup, lo que puede convertirse en un auténtico desafío si no se realiza de forma adecuada. Existen fondos a nivel nacional en el ICEX o europeos como el H2020 que pueden ayudar en este proceso.
Aunque no se trata de una etapa en sí misma, es una de las opciones por la que se decantan numerosas startups cuando han conseguido una cierta entidad. Consiste en vender la empresa a una empresa tercera que esté interesada en adquirirla. Hay varias opciones para llevarlo a cabo: mediante la venta de las acciones a otra empresa, mediante la fusión o integración con una empresa mayor o mediante una Oferta Pública de Venta (OPV).En esta fase, los socios pueden decidir seguir siendo partícipes del crecimiento de su empresa o no si así lo acuerdan con los compradores. En cualquier caso, si el objetivo inicial había sido el de ver crecer el negocio, está más que conseguido. No obstante, muchos emprendedores quieren seguir viendo crecer a su bebé, y no es raro que rechacen ofertas de empresas interesadas, por muy abultada que sea la cifra.