Los tipos de interés son uno de los conceptos económicos y financieros más importantes del contexto actual. Tienen una importancia fundamental en todo lo que tiene que ver con la financiación bancaria, pero también a la hora de influir sobre la situación económica general.
Pero, ¿sabes exactamente qué son los tipos de interés y cómo te afectan en tu día a día? A continuación, te lo explicamos.
El tipo de interés es el precio que se cobra por prestar dinero, por lo que se puede decir que representan el precio del dinero. Se expresa como un porcentaje anual sobre la cantidad de dinero prestado.
Los bancos y otras instituciones financieras ajustan los tipos de interés según la cantidad de dinero que prestan y el riesgo de la inversión, entre otros factores. Los tipos de interés más altos se cobran para los préstamos de riesgo y a mayor plazo, mientras que los tipos de interés más bajos se cobran para los préstamos de menor riesgo y con plazos mucho menores.
Los tipos de interés sirven para determinar cuánto cobrará un prestamista por la financiación que ofrecen. Esto es importante porque los prestamistas deben cobrar una tasa de interés suficiente para cubrir el coste de prestar el dinero y obtener, de esta manera, una ganancia por la renuncia de su dinero.
Los tipos de interés también sirven para influir en la cantidad de dinero que la gente está dispuesta a prestar y pedir prestado. Los tipos de interés más altos disuaden a los prestatarios de pedir préstamos, mientras que los bajos los animan a pedir préstamos. Los bajos tipos de interés también pueden estimular la economía al facilitar un flujo más fácil de dinero.
Las entidades financieras suelen diferenciar entre dos tipos de interés principales en sus productos:
● El TIN, o tipo de interés nominal, es la tasa de interés que se aplica a un préstamo o inversión sin tener en cuenta los efectos de otros costes.
● La TAE, por su parte, se calcula tomando en cuenta los intereses, comisiones, cargos y otros costos relacionados con la inversión o préstamo, y se expresa en términos anualizados. La TAE es más útil para comparar los diferentes costes de un préstamo o inversión entre diferentes entidades financieras.
El tipo de interés es el principal instrumento de política monetaria que tienen los bancos centrales, ya que determinan de manera directa el coste de la financiación a hogares y empresas. Su objetivo es influir en la oferta y demanda de crédito en la economía.
Los bancos centrales pueden aumentar o disminuir los tipos de interés a fin de aumentar o reducir la cantidad de crédito disponible para los prestamistas y los prestatarios. Al aumentar los tipos de interés, los bancos centrales disuaden a los prestatarios de solicitar préstamos, ya que el coste de la financiación aumenta. Esta política es utilizada en periodos de elevada inflación como el actual.
En sentido contrario, al disminuir los tipos de interés oficiales, los bancos comerciales pueden estimular el crédito y la inversión y, por tanto, también la actividad económica. Esta política expansiva es la situación más habitual, especialmente desde la crisis económica de 2008, cuando los bancos centrales optaron por reducir sus tipos de interés hasta niveles históricamente bajos para estimular la producción y el empleo.
Uno de los indicadores más influenciados por la evolución de los bancos centrales es el euríbor. Es un índice de referencia publicado de manera diaria que indica el tipo de interés promedio al que un gran número de bancos europeos dicen conceder préstamos a corto plazo entre ellos para prestarlo a terceros.
En la actualidad, el euríbor es el indicador más importante para determinar el tipo de interés de los préstamos hipotecarios en España.
Cuando los bancos centrales bajan los tipos de interés, en realidad están reduciendo el coste de la deuda que prestan a otros bancos. Y de manera indirecta, también están influyendo en el coste de la financiación del mercado interbancario, que es lo que representa el euríbor. Es decir, si suben tipos de interés, también sube el euríbor, y viceversa, lo que influye en las hipotecas a tipo variable.
La correlación es casi directa. Desde que el BCE comenzase con su política monetaria restrictiva, aumentando tipos de interés, el euríbor no ha parado de subir, hasta situarse en un nivel cercano al 3% a finales de 2022. Y lo mismo sucede al contrario, hasta el punto de que el euríbor ha llegado a ser negativo durante cinco años consecutivos.
Existen dos perspectivas diferentes sobre los tipos de interés: desde el punto de vista del acreedor y del deudor.
Para los acreedores, el tipo de interés es un indicador que sirve para determinar la rentabilidad que obtendrá por la renuncia de su dinero durante un plazo determinado. El tipo de interés se aplica en los productos de renta fija, en los que existe una garantía de devolución por parte del prestatario.
El tipo de interés se aplica, por ejemplo, en el caso de los depósitos a plazo fijo, los bonos gubernamentales (por ejemplo, las letras del Tesoro Público) o los bonos corporativos, que es la deuda de las empresas.
En el caso de los deudores, el tipo de interés es el coste de una deuda. Es decir, el precio de lo que cuesta la financiación recibida. Se aplica, por ejemplo, para los préstamos bancarios, como los préstamos personales o los préstamos hipotecarios, además de líneas de crédito y otros instrumentos financieros.
