Vivir de las rentas es uno de los principales objetivos de muchas personas. Permite vivir de forma cómoda sin tener que trabajar, mediante ingresos pasivos procedentes del patrimonio, ya sea de los dividendos de las acciones o fondos de inversión, el alquiler de un inmueble, etc.
En la práctica, muy pocas personas pueden vivir de las rentas. La mayoría de los mortales creen que esta es una tarea casi imposible, a no ser que se haya heredado con mucho patrimonio familiar. Exige una cantidad importante de ahorro y esfuerzo a lo largo de toda su vida.
Pero, entonces, ¿vivir de las rentas puede ser realidad o es un mito? Vamos a explicarlo.
El primer paso para vivir de las rentas es obtener un patrimonio tal que permita generar ingresos recurrentes y mensuales. Pero no sirve cualquier patrimonio; la acumulación de capital debe ser tal que permita generar una fuente de ingresos pasivos suficiente como para mantener el mismo estilo de vida sin trabajar.
En otras palabras, el objetivo es alcanzar la independencia financiera, que tu dinero trabaje para ti, en lugar de que tengas que trabajar para obtener dinero.
Sin embargo, solo ahorrando, nunca podrás alcanzar el objetivo de vivir de las rentas. Año tras año, la inflación se va comiendo parte de tu dinero. Por esta razón, lo importante es que ese dinero se ponga a trabajar en los productos adecuados a tus necesidades y tu perfil de riesgo.
Entre las opciones para acumular un patrimonio tal que permita vivir de las rentas están las acciones, los fondos de inversión, los ETF o los depósitos a plazo fijo, entre muchos otros. Y, por supuesto, aprovechar el potencial del interés compuesto para acelerar la generación de ese patrimonio. Solo así podrás conseguir alcanzar ese capital en un periodo de tiempo razonable.
El primer paso para vivir de las rentas es conocer cuánto gastas y el patrimonio objetivo para alcanzar ese nivel de gastos. En la siguiente tabla tenemos el patrimonio necesario para alcanzar el nivel de gasto objetivo, teniendo en cuenta el interés anual que devenga cada inversión.
Por ejemplo, si gastas 2.000 € al mes y quieres seguir manteniendo el nivel de vida, asumiendo que tus inversiones generan un 4% anual, necesitarás alcanzar un patrimonio objetivo de 600.000 €. Hay que tener en cuenta que estos datos son brutos, sin descontar los impuestos.
En este caso, si bien es posible y hasta cierto punto sencillo estimar tu nivel de gasto anual (e incluso adaptarlo a cada circunstancia y momento vital), el tipo de interés que podemos exigir por nuestro patrimonio quizá no lo es tanto.
Depende de muchas circunstancias, pero anticiparlo a futuro no es posible. Por ejemplo, el índice S&P 500 ha tenido una rentabilidad anualizada del 8,26% desde 1927 hasta 2020.
La respuesta corta es sí, aunque con muchos matices. La primera de ellas es que no todo el mundo puede ahorrar el dinero suficiente como para alcanzar el patrimonio objetivo.
Poniendo el ejemplo del cálculo anterior, si ahorras 500 € al mes asumiendo que obtienes un 7% de tasa de interés capitalizada de manera anual, necesitarás 30 años para alcanzar este objetivo. Por eso, cuanto antes inviertas, antes podrás alcanzar ese objetivo.
El segundo matiz es que, una vez hayas alcanzado el objetivo, deberás encontrar el activo con el que obtener la rentabilidad que necesitas para mantener tu nivel de gasto.
La opción más común, y al mismo tiempo la más rentable, es la rentabilidad por alquiler. Según datos de idealista, la rentabilidad por alquilar una vivienda en España alcanzó el 6,9% a cierre de 2021, lo que supone un ligero descenso respecto al 7,5% del año anterior. En estas circunstancias, por un inmueble de 300.000 €, podrás obtener una renta mensual de 1.500 €.
Otra opción es invertir en acciones en bolsa, una opción para la que no es necesaria una inversión inicial tan elevada como la compra de un inmueble. Las empresas consideradas como aristócratas del dividendo, es decir, aquellas que han distribuido su beneficio entre los accionistas en los últimos 50 años, alcanza un 4,18%.
Por eso, respondiendo a la pregunta inicial, es posible vivir de las rentas, aunque no es para nada sencillo ni mucho menos rápido. Exige cierta constancia, disciplina y, sobre todo, tiempo; mucho tiempo. Aunque todo es más sencillo si tu familia tiene un importante patrimonio familiar que hayas podido heredar. Esto acelera tu independencia financiera, y podrás vivir de las rentas mucho antes.