La compra es uno de los gastos que más agobian a las familias. Y es normal: Después del alquiler o la hipoteca y las facturas, queda poco dinero para hacer frente a la compra semanal. Y más ahora, con la subida de precios que estamos viendo. Es por ello que, en el artículo de hoy, queremos darte algunas claves sobre cómo ahorrar en la cesta de la compra sin sacrificar calidad.
Y es que, lo creas o no, es perfectamente posible ahorrar dinero comprando de forma más inteligente y no por ello sacrificar calidad. De hecho, puedes comer mejor al mismo tiempo que empiezas a ahorrar. Así que te invito a que eches un vistazo a nuestros consejos y que empieces a aplicarlos. ¡Seguro que consigues un ahorro interesante a final de mes!
La primera recomendación es que hagas visitas a las tiendas de proximidad y pequeños comercios que haya en tu barrio. Los supermercados más pequeños no suelen ser una buena opción, porque tienen difícil competir en precio con los supermercados más grandes, pero, a veces, hay buenas oportunidades en fruterías, carnicerías, pescaderías y otras tiendas similares.
Estas tiendas, especialmente en los pueblos, suelen tener proveedores pequeños que no pueden proveer a los grandes supermercados (porque no disponen de suficiente producto) y que venden un producto de mayor calidad y precio más bajo. Simplemente, dedica un día a visitar estas tiendas, tomar algunos precios de referencia y compararlos con los del supermercado. Quizá te lleves una buena sorpresa.
Los supermercados, como todo en esta vida, tienen gamas. Algunos son de “mayor calidad” que otros. Y, por mayor calidad, queremos decir mayor precio. Un kilo de carne picada es igual de bueno en cualquier supermercado, porque tiene que superar los estándares de calidad que marca la legislación. Así que te da igual comprar en un supermercado que en otro, y algunos tienen precios más bajos.
De hecho, como vas a comprar semanalmente (lo verás en el siguiente apartado), puedes plantearte coger el coche e ir un poco más lejos de lo habitual. Quizá en las afueras haya un supermercado especialmente barato. Pues ve, porque te saldrá muy a cuenta. Y, como sólo irás una vez por semana, el gasto en gasolina no será demasiado alto.
Hacer una lista de la compra es fundamental. No puedes ir a comprar como pollo sin cabeza. Debes ser muy consciente de lo que necesitas y comprar sólo eso. La mejor forma de lograr esto es hacer una lista de la compra semanal, teniendo presentes todas las comidas que vas a hacer y los productos de limpieza que vas a necesitar y no salirte de ella.
Después, vas al supermercado después de comer (es importante no ir con hambre al supermercado) y compras única y exclusivamente lo que hay en esa lista. De esta forma, evitas el riesgo de gastar más dinero del estrictamente necesario, porque sólo compras aquello que ya habías pensado de forma fría en casa.
Y esto tiene una ventaja adicional: Puedes comer mejor. Al decidir de antemano los platos que vas a hacer durante la semana siguiente, puedes calcular mucho mejor qué comer y qué no. Y puedes establecer platos más nutritivos. De hecho, puedes hacer platos muy baratos pero muy nutritivos (como lentejas) para dos o tres días y aprovechar el congelador.
Este es un truco fantástico. Mucha gente hace la compra y se fija en el precio que aparece en grande, bien visible. Es normal, es lo que quieren los supermercados. Pero no es lo más inteligente. No te interesa el precio del producto en sí, sino el precio del kilo del producto. Así, puedes encontrar un paquete de jamón más barato que otro, pero, si te fijas, el precio por kilo es mucho más caro, porque viene menos cantidad.
Compra siempre el producto que tenga el precio por kilo más bajo (siempre que vayas a gastar la cantidad total que viene en el paquete). Esto, sumado al punto de que ciertos supermercados son más baratos, nos permitirá comprar, por ejemplo, paquetes de cinco kilos de arroz muy baratos. Es una apuesta segura, en la medida en que el arroz aguanta muchos meses en la despensa sin ponerse malo.
Otro truco muy eficaz al hacer la compra es ir con auriculares. Ya te hemos comentado la importancia de hacer una lista e ir a comprar con el estómago lleno. Pues bien, comprar con auriculares es otro de los grandes trucos para ahorrar dinero. Ir con auriculares te permitirá tener mayor concentración y no distraerte con otras cosas. Y esto es fundamental, porque los supermercados están diseñados para confundirte y llevarte a comprar cosas que no necesitas.
Tienes que tener la mentalidad de quien va a cazar un mamut: No puedes despistarte, o se va el mamut. Ve directo a lo que necesitas, llena la cesta con lo necesario y ve a la caja. No eches un vistazo a otras cosas. No curiosees. Tu mente es débil y el supermercado sabe cómo aprovecharse de ella. No se lo permitas. No le des la oportunidad.
Por último, siguiendo con el consejo de mirar el precio por kilo, aprovecha las ofertas. A veces hay 2x1 o productos cerca de la fecha de caducidad que tienen un precio hiperreducido. Aprovecha esas ofertas, pero hazlo sólo en aquellas ocasiones en que encajen con tu lista de la compra.
Es tentador comprar productos en ofertas “para la semana que viene” o “por si me hace falta”, pero lo más probable es que, al final, no te haga falta y lo acabes tirando. Esto es algo que evitarás si te centras en aquellas ofertas que encajan en tu lista. Eso sí, si las hay que encajan en tu lista, míralas con atención, porque es posible que te permitan obtener un buen ahorro.
Como puedes ver, siguiendo estos consejos para ahorrar al hacer la compra sin sacrificar calidad, podrás tener un ahorro interesante a final de mes. Dinero que, después, puedes utilizar para quitarte deudas de encima o amortizar hipotecas (o salir a cenar con tu pareja, que también hay que divertirse de vez en cuando).
¡Esperamos que te haya resultado útil!