Como cualquier otro bien o servicio que se comercialice en el mercado, el dinero también tiene un precio. Sí, el dinero también se puede comprar y vender en el mercado. Aunque parezca poco intuitivo, el valor del dinero se fija en función de sus usos futuros, sobre todo si se presta a personas y empresas a lo largo de un plazo. Dicho de otro modo, el precio del dinero se fija en función del tipo de interés.
En realidad, existe un tipo oficial del dinero que es fijado por las autoridades monetarias, y que tiene un impacto muy importante en la economía de un país y en la demanda de los ciudadanos. A continuación, te explicamos en qué consiste, cómo se fija y qué consecuencias tiene.
Los tipos de interés son los indicadores que sirven para establecer el precio oficial del dinero. Sirven para establecer una medida del coste que tendrás que asumir para pedir prestado o del precio que ingresarás si se lo prestas a otra persona, empresa o entidad financiera.
Normalmente, este tipo oficial del dinero es el que se usa como referencia para fijar el tipo de interés de los préstamos bancarios, especialmente los préstamos personales o las hipotecas, y también para fijar el interés y, por tanto, la rentabilidad de otros instrumentos de renta fija, como los depósitos a plazo fijo.
El tipo oficial del dinero se utiliza como termómetro para controlar el nivel de precios de una economía. Cuanto mayores sean los tipos de interés, mayor será el precio a asumir por obtener dinero y, en consecuencia, menor su demanda. Por contra, si los tipos de interés son bajos, la demanda de dinero aumenta.
Esto sirve para moldear la política monetaria,que en última instancia tiene consecuencias para la economía en general. Así,en periodos de elevada inflación, el tipo oficial del dinero suele ser mayor para desincentivar su demanda y, por tanto, también el consumo. Por contra, cuando la economía no marcha tan bien, el tipo oficial del dinero suele disminuir con el objetivo de incentivar su demanda.
El tipo oficial del dinero es fijado por los bancos centrales de cada país. En Europa, es el Banco Central Europeo (BCE) quien se encarga de hacerlo. En realidad, fijan los tipos de interés de dos formas diferentes:
Como ya hemos visto, el tipo oficial del dinero no es exactamente el tipo de interés que rige en todas las operaciones financieras de una región. En realidad, es un indicador que influye en la determinación del resto de tipos de interés, pero no el tipo de interés que utilizan los bancos para conceder su financiación o atraer a depositantes.
Normalmente, los bancos toman como referencia otros indicadores más realistas como el euríbor. Se trata de un índice de referencia que indica el tipo de interés promedio al que las entidades financieras europeas se ofrecen a prestar dinero en el mercado, y está fuertemente influido por el tipo oficial del dinero.
El euríbor es un indicador que se utiliza para fijar el tipo de interés de determinados productos, especialmente aquellos con plazos mayores, como las hipotecas. El motivo es que es un indicador excelente para anticipar el tipo de interés de estos instrumentos de financiación y su variación.
Nos encontramos ante un escenario de inflación como nunca se había visto en casi 40 años. Esta situación ha provocado que los principales bancos centrales hayan optado por aumentar el tipo oficial del dinero, después de casi una década de tipos bajos que provocaron que los tipos de interés de algunos instrumentos financieros se volviesen negativos.
El primer banco central que movió ficha fue la Reserva Federal.Empezó a subir tipos de interés en marzo de 2022, y, en julio, subió por cuarta vez los tipos de interés en tan solo un año. De esta manera, la tasa de interés oficial del país pasó a situarse en una horquilla de entre el 2,25 y el 2,5%.
Posteriormente, la guerra entre Rusia y Ucrania ha tenido un impacto significativo también en Europa, lo que llevó al Banco Central Europeo a revertir su política monetaria. El 21 de julio de 2022 subió los tipos de interés por primera vez en seis años, desde el 0 al 0,50%.
Lo más probable es que esta sea la tendencia de los bancos centrales en los próximos años, especialmente si continúan estos niveles de inflación en los próximos meses. No obstante, nadie sabe lo que ocurrirá en los próximos años, ya que el tipo oficial del dinero depende de la situación macroeconómica.