A lo largo de su historia, la economía española se ha caracterizado por un paro estructural demasiado elevado, altas tasas de temporalidad, unos niveles de inflación también elevados, especialmente si se comparan con el resto de países de nuestro entorno, y déficits fiscales continuos, que incluso han llegado a poner en jaque las finanzas públicas.
Para entender cuál es la situación de nuestro país desde el punto de vista económico, nada mejor que recurrir a las gráficas, que proporcionan información muy valiosa sobre la situación pasada y lo que puede deparar el futuro. A continuación, os dejamos con cinco gráficos para entender la situación actual de la economía española.
La inflación en España está afectando negativamente a la economía del país y está provocando serios problemas a los consumidores y la viabilidad de las empresas, al alcanzar niveles que no se habían visto en los últimos 37 años, llegando hasta el 10%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Sin embargo, la situación no es para nada inédita en nuestro país. De hecho, en los años 70, en plena crisis del petróleo provocada por los países de la OPEP, la inflación alcanzó el 30%, para ir progresivamente descendiendo y estabilizándose en torno al 2 al 5%.
En la década de 2010, también se sucedieron algunos periodos de deflación, es decir, reducción en el nivel de precios, aunque de forma muy aislada. Y todo ello a pesar de los esfuerzos del BCE de aumentar la inflación, algo que a duras penas consiguió durante la década pasada.
Fuente: INE
En España, el desempleo continúa siendo una de las principales preocupaciones a nivel laboral de los españoles. En la década pasada alcanzó niveles muy elevados, sobre todo debido a las consecuencias de la crisis subprime de 2008, y aunque en la actualidad está bastante estabilizada, todavía sigue siendo uno de los más altos de toda la Unión Europea.
De hecho, la tasa de desempleo estructural en España se sitúa en el 12,6%, aunque en el cuarto trimestre de 2012 alcanzó el máximo de los últimos veinte años, al registrarse un 25,77%, según datos de la Encuesta de Población Activa, elaborada por el INE. En la actualidad, la tasa de desempleo se sitúa en el 12,48%, el nivel más bajo de los últimos 15 años.
Fuente: EPA
El PIB es el Producto Interno Bruto de un país. Se trata de la suma de todos los bienes y servicios producidos por un país durante un año, y en cierto modo sirve para determinar cuál es el crecimiento económico de un país durante un año en comparación con el año anterior.
Desde 1952, el primer año en el que la Contabilidad Nacional del INE comenzó a registrar el crecimiento del PIB, el crecimiento económico de España ha sido prácticamente plano, con incrementos económicos muy suaves, sobre todo en comparación con otros países. Esta tendencia se rompió en el segundo trimestre de 2020, cuando se registró la mayor caída del PIB de la historia de España. En términos intertrimestrales, el PIB cayó un 17,7%, y cayó hasta un 21,5% en términos interanuales.
Sin embargo, el PIB se recuperó rápidamente en el tercer trimestre de ese año, tras crecer un 16,8%. Desde entonces, la economía ha sufrido diferentes vaivenes, pero todo hace indicar que se irá estabilizando progresivamente en los próximos trimestres para volver a la tendencia de crecimiento de la economía española.
Fuente: INE
El déficit público es el exceso del gasto público sobre los ingresos públicos. En España, el déficit público ha sido tradicionalmente muy elevado, convirtiéndose en uno de los principales problemas económicos del país. En general, el déficit público se financia con emisión de nuevos títulos de deuda pública, lo que aumentará la deuda del país.
España es un país con tendencia al déficit público. No en vano, desde 1980, tan solo se han registrado tres años con superávit, que coincidieron con la época de mayor crecimiento económico, en plena burbuja inmobiliaria. Sin embargo, tras el estallido de esta, el déficit público cayó hasta el 11,28% del PIB en 2009, el nivel más bajo de su historia, sobre todo para sufragar el enorme gasto público que suponían las prestaciones sociales, fundamentalmente el desempleo.
Algo similar ocurrió en marzo de 2020, cuando estalló la crisis de la covid-19. En ese momento, el Gobierno se vio obligado a articular un mecanismo de protección social y laboral conocido como ERTE, lo que disparó el gasto público. Al mismo tiempo, los ingresos públicos se redujeron de forma considerable, al paralizarse toda actividad económica.
La balanza comercial es un indicador de la economía de un país que mide las exportaciones e importaciones de bienes y servicios. Cuando las importaciones superan a las exportaciones, se dice que el país tiene un déficit en su balanza comercial. Por el contrario, si las exportaciones superan a las importaciones, el país tiene un superávit en su balanza comercial.
España ha sido un país tradicionalmente importador de bienes y servicios, de manera que la mayoría de años ha registrado déficits en su balanza comercial. Tan solo el turismo, una de las actividades de mayor contribución al PIB de España, ha conseguido salvarse.
En concreto, España registró en 2021 un déficit en su Balanza comercial de 30.955,5 millones de euros, un 2,57% de su PIB, superior al registrado en 2020, que fue de 15.694,4 millones de euros., En las últimas décadas, España ha registrado un déficit en su balanza comercial, lo que significa que ha importado más bienes y servicios de lo que ha exportado.
Fuente: DatosMacro.com
