Cada vez son más las personas que deciden posponer sus vacaciones de verano para el mes de septiembre. Y no es para menos, porque sus ventajas superan,con creces, a sus inconvenientes.
Viajar en septiembre tiene muchas más ventajas de las que piensas, más allá de que sea más barato y los sitios estén menos masificados. A continuación, te contamos algunas de las más relevantes.
Es la causa más obvia para posponer las vacaciones de verano a septiembre. Basta con entrar en cualquier portal de reservas vacacional es para darte cuenta de que las vacaciones son mucho más asequibles si las disfrutas en septiembre.
De hecho, según un estudio realizado por el sitio web Rumbo.es, viajar en septiembre es hasta un 22% más barato que en julio y agosto. Sin ir más lejos, los desplazamientos aéreos en septiembre suponen un gasto medio de 425 euros, frente a los 545 euros del mes de agosto. Sin duda, un ahorro que te permitirá viajar en otras épocas del año o reservar dinero para el año siguiente.
En septiembre, el calor aprieta pero no ahoga. Las temperaturas son lo suficientemente agradables como para disfrutar de días de playa y piscina, pero sin el agobio de los meses de julio y agosto. Además, las noches suelen ser mucho más llevaderas, ya la temperatura desciende de forma notable.
Y si no eres de playa, septiembre es el primer mes del verano en el que podrás hacer turismo urbano. Las temperaturas ya han bajado lo suficiente como para poder disfrutar de las ciudades o del campo, sin que esto signifique tener que morir de calor.
La mayoría de ciudadanos disfrutan sus vacaciones durante los meses de julio y septiembre. Esto hace que se produzcan atascos en las carreteras, aglomeraciones en las estaciones de trenes y aeropuertos y masificaciones en las playas y estancias hoteleras.
Septiembre es un mes mucho más tranquilo, lo que te permitirá disfrutar de tu destino vacacional en toda su esencia, conociéndolo tal y como es, con más gente autóctona a tu alrededor y menos turistas.
Las playas, las ciudades, los entornos naturales… Al caer la masificación de turistas, todo está mucho más limpio. Las empresas de limpieza pueden operar de una forma mucho más tranquila, lo que permite disfrutar de las vacaciones con todas las garantías.
Además, si tu destino es de sol y playa, podrás bañarte en aguas mucho más limpias y cristalinas. Si vas a un destino de montaña, todo estará mucho más limpio. Y si vas a una gran ciudad, todo estará funcionando al 100%, una vez acabadas las fiestas estivales, por lo que no la encontrarás tan sucia.
Si vas de vacaciones demasiado pronto, es probable que el verano (y, en realidad, el resto del año) se te haga demasiado largo. Y no es para menos; todavía quedan unos meses para soportar todo el calor en tu casa, y queda pasar todo el otoño, el invierno y la primavera para volver de vacaciones.
Sin embargo, al viajar en septiembre, la vuelta a la rutina es mucho más sencilla,ya que el invierno se hace mucho más corto. Sin duda, el síndrome posvacacional será mucho menos doloroso. Es un factor psicológico, pero que sin duda influye en la época en la que es mejor tomar vacaciones.
En la mayoría de actividades, los trabajadores disfrutan de sus vacaciones durante los meses de julio y agosto. Y aunque trabajar mientras el resto de compañeros se toma sus merecidas vacaciones, trabajar en verano tiene más ventajas que inconvenientes.
Por un lado, porque el ritmo de trabajo es mucho más pausado. Por otro, porque probablemente tengas jornada intensiva y,en consecuencia, trabajarás menos horas. Y porque llegar al trabajo no es una odisea llena de atascos y aglomeraciones. Pero lo mejor de todo: Porque cuando todos vuelven, tú te vas.
Si eres de los que te vas de vacaciones buscando fiestas, septiembre todavía mantiene buena parte del ambiente veraniego. Infinidad de pueblos y ciudades celebran sus días grandes en septiembre, de manera que las verbenas,los fuegos artificiales, las carpas, los banderines y el buen humor sigue siendo la nota predominante.
En las zonas costeras, las discotecas todavía siguen en plena ebullición. Además, existen muchos festivales que se celebran en el mes de septiembre, e incluso otras actividades que no se pueden celebrar en el verano por el calor.
En los últimos años, han proliferado los hoteles adults-only, es decir, aquellos que no admiten niños. Y aunque no sea políticamente correcto, son un éxito, porque satisfacen una necesidad de los veraneantes solteros: Disfrutar de las vacaciones sin que alguien te salpique o te tiren un balón de arena a la cara.
En septiembre, los niños ya han comenzado sus clases, por lo que no tendrás que preocuparte porque nadie te moleste si realmente buscas tranquilidad.
A pesar de las ventajas de viajar en septiembre, todavía hay muchas personas que prefieren viajar en verano. Evidentemente, también hay razones de peso para hacerlo, especialmente si te gusta el jolgorio y buscas un ambiente realmente festivo.
Pero septiembre tiene algo especial. En buena parte de España y de Europa, todavía es verano, y probablemente no percibirás muchas diferencias con respecto a viajar en los meses más duros de la época estival. Por eso, todo son ventajas de viajar en septiembre.